No me esperes esta noche
ya no soy la criatura intrusa
que deambula dormida
por tu casa y las sombras.
Mis manos
se durmieron de espera
y caminaron por las calles
desnudas de mi desolación.
No existen las palabras
que puedan dibujarte
mis agónicos llantos
y ya no tengo edad para aprender.
La pequeñez del alma
es tan profunda a veces
que los ojos se mueren
tan solo por mirar.
No me esperes
lo que buscas no esta
en estos huesos débiles
que se cansan tan solo
de esperar un final.
Mis cicatrices
sufren hemorragias insaciables
y tanta sangre triste
infecta el corazón.