EN LA OSCURIDAD DE LA NOCHE


Hay tantas personas a su alrededor, sin embargo, están solos: él para ella, ella para él, son amigos, y nada más....pero en la oscuridad de la noche, todo puede suceder...

En la habitación, silencio. Todos duermen, ellos, no. Lo intentan, pero es imposible , están cerca, muy cerca, como nunca antes lo estuvieron, como nunca antes siquiera lo imaginaron. Ella puede oler su respiración, un suave vaho que roza su rostro electrizándole la piel, siente el tibio calor de su cuerpo, y el , el de ella. El calor es sofocante, el culpable es el plástico que recubre el colchón donde intentan descansar.

Pero “ella”, es tirana , ella, la misteriosa y eterna cómplice que encierra mil y un historias en su baúl de secretos. Ella es la noche. Los induce, tienta, excita... pervierte sus mentes escribiendo fantasías e historias, los acompaña en el silencio , envolviéndolos en su gran manto de terciopelo negro, les da la venia, el consentimiento...
En un momento inesperado...una mano juguetona, un abrazo inocente, un besito tierno, pero “ella” no se conforma , quiere mas y ellos, también.

Se conocen hace mucho, pero en este momento son dos extraños, totales y libres. Completamente desinhibidos exploran territorios desconocidos , sus manos recorren hábilmente la geografía de sus cuerpos.

El tierno beso sigue, jamás se detuvo , sus lenguas juguetean , se buscan se apartan se entrecruzan se vuelven a apartar y se vuelven a buscar.

Sudor, saliva, sangre.
Un mordisco travieso, la ternura se va perdiendo en el mar del deseo, el cosquilleo es cada vez mas intenso, ella siente pequeños espasmos que la hacen retorcerse de placer. El esta está duro como una roca , de su delicada forma humana despierta el pequeño inquilino que alberga, surge cual ave fénix imponente y arrogante.
El beso se desplaza, sus suaves labios recorren la anatomía de ella, a él le atrae su busto turgente , ella lo sabe , siempre lo ha sabido, él se detiene, justo ahí, lo saborea y disfruta ,liba el dulce néctar que emana de sus pechos. El placer es cada vez más intenso, los espasmos son mas seguidos, su guarida intima, rajada y latiendo esta completamente húmeda, sus jugos internos no dejan de fluir , el la hace vibrar. Ella también quiere sentirlo, erecto, fuerte, varonil, esta sometida a el, pero él no lo sabe. Sus pequeñas manos indagan en la vellosa oscuridad de su ser, sintiendo la textura de sus formas montañosas, al mismo tiempo , blandas y fuertes, rectas y redondas. Es duro al tacto, pero suave y dulce a los labios, disfruta acariciándolo, consintiéndolo, pero eso no es suficiente, ella quiere probar el sabor de ese fruto desconocido. ¿Prohibido quizá? Ya no... se acerca a el, lo mira, lo huele, lo estruja, lo besa con cariño, recorriéndolo lenta y húmedamente , lo siente suyo, en ese instante ella es la dueña de la parte mas sensible y vulnerable de él.
En el ambiente los silenciosos gemidos se entremezclan con el ruido de los autos, con los ronquidos de los demás. Sólo son dos seres ardientes, sensuales, disfrutando de un encuentro sexualmente tierno . Ambos sienten placer. Perturbador amigo y amo, los esclaviza, somete, domina, ellos no oponen resistencia, tampoco pretenden hacerlo.
No hay mas secretos ni misterios, no hay más vergüenza. El pudor ya no existe. Probablemente, entre ellos, nunca existió.