Amada Abuelita,
Hace ya algún tiempo que nos has dejado,
y como dice la canción,
“tu ausencia me devora entero el corazón,
y no tengo más remedio que Amarte”.
Tuve que esperar este tiempo para poderte escribir,
Para llorarte dándote las gracias,
Porque me diste tu amor y con él la vida,
Porque tu humildad y generosidad laten en mi corazón cada vez que respiro.
Una delas tantas noches que te lloraba dormido,
Apareciste en mi sueño para hacerte realidad en mi alma,
Y me dijiste que buscara en lo profundo de mi corazón el amor,
Que no había nada con más valor en la vida,
Que la verdadera entrega a los demás.
Me dijiste, con una hermosa sonrisa,
Que en cada segundo que yo pudiera amar a los demás,
Allí estarías tú, y que ese instante sería de los dos,
Que entregando mi amor apaciguaría mi espíritu
Y que ese sería el lenguaje de nuestra comunicación.
Y en eso estoy abuelita, amando a quienes me rodean,
Para poder amarte más cada día y cada segundo de mi vida,
Para hablar tu lenguaje y comunicarme con tu corazón,
Allí donde puedas estar.
Es verdad que siendo tan generosa como siempre,
Sabías que el amar para mí era una fácil tarea,
Porque tengo a Inma a mi lado,
Y así es fácil amar y sentirme amado,
Junto a ella, el amor, nuestro lenguaje,
Nuestra comunicación está asegurado.
Tu ejemplo de sacrificio y entrega a los demás,
Es ahora mi estandarte y mi propósito,
Tus abrazos y tus besos, mi emocionada tranquilidad,
Tu amor permanecerá en mí como el sabor dulce de tus caramelos
Que jamás faltan en mis bolsillos.
Abrazo a la vida como a tu cuerpo,
Y me lleno de ti,
Eres la comunicación más directa con Dios,
El sustento de mi fe con el ejemplo,
Ahora estás junto a él, de eso estoy seguro,
Y llenando todo mi universo.
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