Inicio / Cuenteros Locales / diek / NO MOLESTAR HASTA LA PRÓXIMA PRIMAVERA.
El primer día de frío en Barcelona, después de las primera tormentas de fin de verano, todo seguía igual, demasiado parecido a los primeros días de frío de los últimos años en esta ciudad. El verano como siempre había sacado la parte mas cálida y animal de la ciudad. Gracias al calor y a la humedad que recorre cada centímetro de este rincón del mundo, despertó el espíritu de Dionisio que cambió muchas vidas y como no, también lo hizo con la mía. Todo lo que había conseguido el frío durante el periodo invernal, que había congelado los valles y montañas del pirineo, el calor de la primavera y por supuesto el del verano lo había desecho convirtiéndolo en grandes cascadas de agua desbocadas que hacían crecer los ríos que desembocaban en el mediterráneo. Notaba como mi parte más irracional se hubiera descongelado, como si hubiera salido de mi todo lo que tenía atrapado dentro del baúl de los sentimientos. Ahora con los vientos fríos que hacían que toda la gente sacara aquellas ropas que no hacia mucho tiempo guardaron en sus armarios, me sentía fuera de lugar, fuera de lo que para mí en ese tiempo me pareció lo más normal y lógico. La realidad me hizo chocar de frente con todo aquello que vislumbre en las marcas de los pasos que había dado sin pestañear hasta ese momento. Pude observar de cerca lo que hacía unas horas contemplaba tranquilamente tan lejos. Me vi solo, vacío, con temores que creía desaparecidos y la luz de mi conciencia más opaca que nunca. Me asomé a la ventana de mi habitación e intente recordar que hacía en este mundo, que era lo que realmente me hacía ser yo y esperando las respuestas me introduje en la noche más oscura de mi vida. Ese fue el momento que realmente me entristeció más de lo que hasta ese momento conocía, ese vacío emocional me llevo a la desidia personal del vagabundo incompleto, del ser que camina sin sentido y sin rumbo aparente, el vagabundo que no deja rastro hasta el día que realmente es absorbido por la sociedad. Embriagado por la soledad y la desidia decidí no enfrentarme ha ese frío desolador y me introduje en mi habitación para no salir mas, cogí un folio en blanco que tenia encima de la mesa y un bolígrafo e hice un cartel que colgué en la puerta. En el ponía: NO MOLESTAR HASTA LA PRÓXIMA PRIMAVERA. |
Texto agregado el 19-09-2005, y leído por 211
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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27-09-2005 |
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coincido con derivado, muchas veces desee ser un oso para dormirme todo el invierno y despertar recein cuando halla vuelto la primavera, mis ***** sigrid |
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20-09-2005 |
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desde la primera, hasta la última palabra me he sentido identificado con este texto, contigo deduzco. Mis 5*s, y gracias. De corazón derivado |
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