No quiero mi alma torturar, con el sublime deseo de amar. No quiero mi corazòn desquebrajar y volver a llorar. El tiempo pasa y aquel frìo atardecer no lo he podido borrar. El fantasma se resiste y quiere regresar, màs el corazòn no permite un desatino màs.
Texto agregado el 19-09-2005, y leído por 106 visitantes. (0 votos)