El mar profundo de tos ojos oculta mi deseo...
el deseo de gritarte y hacer un eco.
¿De qué vale la rutina?, afuera peces de colores nos divierten cada día y tu te ries...
Me miras… un pirata nos acecha y tu boca me provoca.
Bailo entre tus brazos y siento frío.
escribeme un poema...hazme tuyo...
Manbruz se fue a la guerra… calla, hablame de amor. La lluvia nos divierte, respiro de tu aliento, oscuro y gris te siento, sonidos de metralla y mil gritos acechan mi niñez.
Me entristece tu sonrisa
como la piel que te acaricia
Y entonces en un jardín...
hay una flor marchita.
¿Quién eres o que pienso?
¿A quién le importan estos versos? Si cuando miras hacia el cielo, sólo ves estrellas y te olvidas que de pronto… En una noche traicionera la respuesta que buscabas acechará tu mirada.
Aleluya, Ave María, Quién ha sido el que no entiende, que tu imagen está en la tierra y en el cielo es sagrada. De las llamas soy el llanto, maldigo la ignorancia.
Perdón, te pido entonces, por quebrantar el cielo, al lanzar la primera piedra...