Abrazaba y arañaba tu piel bajo la penumbra del ocaso, sentada sobre mis piernas temblabas tras cada beso furtivo, tus manos revolvían mi cabello, y se aferraban a mí.
Sentí tu lengua rondando mis labios, mis mejillas y mis oidos, palpé tu respiración agitada y temblorosa como la mía, al separar nuestros labios cuando exploraba tu cuello, respiraste y escuché tu susurro.
Me dejaste mudo y sorprendido, por ello no contesté, te atreviste a provocarme un sutíl estremecimiento, y un profundo sentimiento que sabes correspondo.
Nos besamos, me mataste de un disparo de tu voz,
me sentiste a flor de tu sudante piel, y dijiste "TE AMO", fue suficiente después de tanto esperarlo y por fin te encontré, dispuesta a intentarlo, porque TE AMO también.
Después desperté de nuevo solo, te habías marchado y tu perfume aún flotaba sobre mi piel... ¿Por qué siempre tengo que despertar? |