Hay momentos en el día en los que puedo volar, libre, sin restricciones, sin nada que me ate, o intente retenerme, pero cuando pasa el efecto, e intento volar, choco contra los cristales de la realidad, esa que no está de mi lado, esa que –igual que todos los que me rodean- solo sirve para atormentarme.
No me gusta volver al tiempo, en este espacio que detesto; prefiero mi mundo sin paredes, en el que todo es posible, porque allí si estoy segura.
En ese mundo de cristales, donde los minutos son mis peores enemigos, y no logro ser feliz, pues me vigilan desde afuera, sufro sin mi paz, y me enloquecen los ruidos, esos que no entiendo, y que al pareces nadie más oye.
... ¿ Como hago para romper esos cristales y salirme de su mundo?
|