II

-¿Quién eres?
-¿Para qué quieres saber?
-¿Por qué no me respondes?
-Soy, lo que tú quieras.
-No te entiendo.
-No es necesario entender.
-¿Para qué querías saber?
-No lo se, esa pregunta, esa inquietud, me nació en este momento.
-Dando el caso en el que te dejaste llevar por tus impulsos.
-No… no son impulsos.
-¿Entonces? ¿Qué fue esa pregunta?
-Una inquietud
-¿La inquietud no es un impulso?
-¿Qué quieres de mi?
-Solo tú sabes esa respuesta.
-¿Entonces para qué estas aquí?
-Para decirte lo que no quieres oír. Lo que tu quieres oír solo tú lo puedes decir.
-¿Cómo sé si estoy soñando?
-Si despiertas lo notarás.
-¿Si no despierto?
-Entonces no habrás soñado.
-Entonces viviré creyendo que era un sueño.
-Efectivamente.
-¿Cómo sé si estoy vivo?
-¿Cómo sabes que no lo estás? Que tal si la muerte te hace creer que estás vivo, pero realmente ya no lo estás.
-La muerte no es tan cruel.
-¿Cómo lo sabes?
-No lo se…
-Entonces no induzcas.
-¿Eres la muerte?
-Solo tú sabes esa respuesta.
-Solo yo se esa respuesta…
-Ya te lo he dicho, soy lo que tú quieras que sea…
-Bien podrías ser un sueño.
-Bien podría estar vivo.
-Bien podrías ser solo el viento que juega con el tiempo.
-O simplemente ser una luz perdida que llegó contigo.
-Si tú eres lo que yo quiera, entonces así podría elegir tu destino.
-Eso no lo puedes elegir tú.
-¿Por qué?
-Que tú me hayas creado no significa que me puedas destruir, o elegir mi destino.
-Eres lo que yo quiera.
-Pero no eres mi dios, tú no eres lo que tú quieras.
-Yo no soy…
-No eres…
-Pero… aún así puedo cambiar tu destino.
-Ligeramente… sí.
-Entonces tú me necesitas.
-No estés tan seguro.
-Cuando yo despierte o me de cuenta en realidad de lo que eres, habrás terminado.
-Solo tú sabes que es lo que va a pasar.
-¿Y si no se?
-Entonces estamos unidos el uno al otro.
-¿Nos necesitamos?
-Nos necesitamos, tú más que yo.
-¿Qué esperas?
-¿Para qué?
-Para decirme la verdad.
-¿Qué no ves que no hay verdad?
-No entiendo.
-¿Qué esperas tú?
-¿Qué quieres de mí?
-¿Qué quieres tú de ti mismo?
-¡Ya déjame en paz!
-¡Ja! Quieres que te deje… ¿no has entendido todavía?
-No… ¿Quién eres?
-¿Para qué quieres saber?
-No lo se…
-Ya lo sabrás…