No podía dejar de ver tu cuerpo tendido en el pavimento gris, jamás pensé verte en este camino. Trato de sacar algunas palabras y gritar, pero la voz está encerrada en el sótano de mi garganta y un nudo inmenso me presiona y no la deja salir. No logro reaccionar a la realidad, estas ahí quieto, sangrando...y toda está multitud sólo sosolla pero nadie hace nada. Intento correr hacia tí, pero mis pies están adheridos a aquella calle en la que reposa tu cuerpo...Sólo podía gritarte desde mi mente y mi corazón: Abre los ojos! Abre los ojos!... No sé de donde saqué las fuerzas para correr, talves sólo quería ver más de cerca para asegurarme de que sólo estaba equivocada, que todo era una confusion, que no eras tú...la persona que siempre amé en silencio y que hoy me arrepiento de no haber enfrentado. Dios Mio...no puede ser...si es...un minuto de silencio se me hace eterno...pienso en todo y en nada. Me siento fuera de mí, intentando alcanzarte para que vuelvas aquí, pero es imposible, ya estas eternamente lejos de mis abrazos, de mis caricias , de mis besos que nunca pude darte. Y ahora enfrente de tu vacío cuerpo intento recuperar el tiempo perdido y te confieso lo que me he guardado desde la primera vez que te ví...Te amo, te amo más que nunca!. Y abrazo ese cuerpo inerte, lo acaricio y lo beso...y sigo gritandote desde mi mente y mi corazón: Abre los ojos! Abre los ojos! Por favor!