Cada mañana al despertar, hablo y rio sin parar, recordando todo lo hermoso que hemos vivido desde el primer día en que nos miramos a los ojos y el destino nos unió...mientras que hablo y rio, hago lo de siempre...me baño, me visto, me peino, cepillo mis dientes...y sigo recordando cada detalle de nuestras historias juntos. Rio y rio, mientras que de tu armario saco tu pantalón favorito y aquella camisa a rayas que usaste el día en que juraste jamás dejarme sola...todo lo pongo con suavidad sobre el lado de la cama en el que acostumbras a dormir. Sigo hablando, riendo y recordando, mientras riego las semillas que plantamos juntos ese hermoso dia de julio...y mientras sigo ensimismada, conversando, vuelvo a la cama y poco a poco me voy quedando dormida. Y así ha sido mi rutina hasta hoy, en el que de repente aquellas semillas dieron fruto, que flores tan hermosas, olorosas y frescas!!!... corro hacía la cama dichosa a mostrarte las flores que tanto nos gustan, y no puedo dejar de llorar de tanta alegría...Mira, mira!!! Nuestras flores, mira que hermosas!!!...Pero...Poco a poco este llanto de alegría se confunde con mis lagrimas de resignación porque me he dado cuenta que ese día después de salir del hospital supe que ya no estarias más a mi lado, y que todo este tiempo he hablado y reido sola...y sólo puedo decir: Deberías estar aquí junto a mi!!! Deberías estar viendo esto...Nuestras flores, mira que hermosas son!!!...Por qué juraste algo que no podías cumplir?...Por qué me dejaste sola?...Nuestras flores, mira que hermosas son!!! |