El aire se mueve y se agita al compas,
del armonioso baile del artefacto sonoro,
y su danzante voz casi otoñal,
desliza pues su escencia en el trasparente medio,
en el que me hallo inmerso hasta los oidos...
Y de alli,
la contraseña de ingreso se valida,
y pemite el transcurrir de sus palabras,
que se encajan una a una con el resto,
naufragio a la deriva en ese mar azul...
Se abre el sesamo,
el abismo de luces tenues,
de caricias y despedidas,
que sumadas todas oscurecen,
y devoran por momentos la alegría,
y otros tantos ya se engullen,
hasta el mas puro sentimiento,
que en otro momento brillara,
y que para siempre se apago a la luz del dia...
Y el artefacto termina,
y con el se cierra el abismo,
una vez magico palacio,
ahora menos que espejismo
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