Los muchachos de la peña de los jueves, sostienen el sinsentido de visitar museos.
Según su argumentación, ninguna obra puede ser de una calidad superior a la de su creador. De manera que para ellos, los que caminan esos sitios, terminan admirando a unos objetos cualquiera.
Cabe aquí reflexionar sobre el papel del hombre como creador. Dado que la materia con la que el hombre realiza sus supuestas creaciones ya está presente en el universo, se podría afirmar que el hombre, mas que creador es alquimista.
Cada jueves, los muchachos de la peña se colocan unos distintivos que rezan “La verdadera obra de arte es el hombre” y rajan tomarse unas copas al bar de desnudistas más próximo.
Luis Devaux, hermano de quien fuera durante años director del Louvre, narra sin embargo, aspectos de la vida en los museos, que sus paseantes desconocen por completo.
Dice que la mona lisa sonríe solamente para agradar a la gente, y que ni bien tiene la seguridad de no ser vista, cambia su sonrisa por una mueca de fastidio.
Son famosas por su lujuria las noches del salón de las estatuas.
Al parecer la amante preferida de los atléticos dioses, semidioses, héroes (y demás seres dignos de una escultura) es la Venus de Milo, quien a pesar de carecer de brazos posee las mejores tetas del lugar.
Una vez por semana, exactamente a las 03.15, un grupo se reúne a ver la pelea entre San Jorge y el Dragón. Nadie sabe porqué las apuestas son cada vez más favorables al Dragón, siendo que inexorablemente pierde. Tal vez en el fondo sueñan con que un día algo sea distinto y se degluta al santo como a un canapé.
GG 16-09-05
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