¿Acaso es mucho pedir?. Si quieres puede ser un problema matemático o un repetitivo discurso o seguir siendo algo sin importancia, digno de una egocéntrica loca, urbana, enferma y estresada.
Paso 1: Mírame con conciencia, aquí y ahora. Fija tu interior en el mío usando el espíritu (ese espìritu del que todos hablan, menos yo porque casi no lo conozco). Abstracción del resto de los objetos.
Paso 2: Concéntrate y con amor modula estas palabras: ¿CÓMO ESTÁS?; no es necesario que lo adornes con palabras de cariño, y que lo hagas porque es una costumbre.
¡No por favor!, no más adornos, no más diminutivos, sólo concéntrate y desnudame con tus palabras; protégeme de toda angustia con tu mirada.
La cotidianidad me mata, pero a tí te alimenta, busco razones para llamar tu atención, pero sólo consigo más indiferencia. ¡Básico, primitivo!, quiero gritarte, ¿es que acaso no lo entiendes, que estando contigo es cuando más sola he estado?
¿Por qué todo debe ser tan evidente? Acaso estoy condenada a recordarte esta ecuación todos los días de mi vida, ¿es eso parte del amor?
Me pierdo en la espesura de la soledad y vislumbro un escenario apto para el engaño, pues mientras no preguntes con los sentidos, de mí no te darás cuenta.
Para tí mi silencio es tu tranquilidad.
Para tí esta ecuación.
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