Escupí las palabras bañándolas en sangre, los títeres habían envejecido, eran huesos, No eran esponjosos, el cartílago se había deshidratado. Deseaban tornar al mundo, ser protagonistas en él. Pero se encontraban deshechos, nadie los usaba, no florecían mas funciones para que demuestren su actuación. El tiempo había pasado, el reloj envuelto en la tela de araña; no resistió, avanzo sobre ellos, la piedad se fundió. Habían perdido su objetivo se dejaron morir, no les importaba, el tiempo no los esperaba. Solo querían regresar a la recamara de madera, convertirse en polvo y ganarle al tiempo.