Fueron las calles del barrio, las horas de escuela,
amigos de amigos, amigos de hermanos,
reuniones especiales o fiestas de cumpleaños;
quienes se asociaron en mágico conjuro para unirnos.
Crecimos en amistad, secundados por la mirada aparentemente distraída de nuestros viejos.
Y al amparo de las casas nuestras. Que en tardes de frío,supimos invadir incontadas veces a conveniencia y en noches de verano, nos apropiamos de sus veredas, para disfrutar a gusto la pasión por Los Beatles, o los rasguidos arrancados de una guitarra,cuando uno de nosotros ensayaba una canción que le brotaba del alma.
Ocacionalmente de a dos, otras todos juntos,
tejimos ilusiones y nos hicimos promesas,
propias de la edad, tierna adolescencia.
De pronto, fuimos cuatro, haciéndonos cómplices
para formar parejas, compartiendo secretos,
quitándonos miedos,despojándonos las dudas
que vienen de la mano de nuevas experiencias.
Hicimos una la alegría de todos y fue de todos el dolor de uno.
Danzamos unidos el vals de los quince, y seguimos girando al compás de la vida; cumpliendo su ley.
Unos en pareja, otros separados buscando quimeras y afrontando el destino que no siempre acierta.
Deshojamos calendarios llenos de vivencias
y nos enfrascamos en propias ambiciones
que nos distanciaron casi sin darnos cuenta.
Hasta que abruptamente la muerte hizo presencia
y acusamos el golpe, tomando conciencia,
que aún conservamos dentro de nosotros,
del mágico conjuro toda su esencia.
Rescatamos, cada uno, parte del pasado compartido
y emotivamente nos reunimos.
Prevaleció el verdadero sentimiento a pesar del tiempo transcurrido y todo el hielo que generan los silencios acumulados, se extinguió con solo mirarnos.
Los ojos brillosamente humedecidos, resumían dolor, alegrías, arrepentimiento, esperanzas y nuevas promesas de no separarnos; que serán o nó otra vez olvidadas.
Y en cada anécdota de nuestra adolescencia recobrada.
Y con cada narración, que nos acercó a la actualidad, a los logros obtenidos y a las pérdidas espirituales de cada uno; vencimos la ausencia física,paradoja de la existencia humana.
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