Hoy quiero estar sucio.
Comer desprolijamente,
que la salsa se deslice
por el final de mi boca,
que brille en el mentón
las grasas y los aceites.
Olvidarme de las antiguas ceremonias,
de las reglas del buen comer,
de los tenedores ordenados en su orden habitual.
¡De la mesa puesta
en nombre del rey!
Quiero estar sucio,
como mi alma,
como me siento,
como me huelo por dentro,
sucio, sucio,
carroña, excremento,
olor nauseabundo,
olor a que he muerto.
Hoy quiero estar
en el silencio absoluto.
Sucio, muy sucio
y que la nada de mí
se asqueé
(Hoy quisiera,
no darme cuenta
que es mi vida
quien me atormenta...
¡Mi inmunda vida!).
Sucio, muy sucio,
quiero estar acorde
a mi íntima y cruel realidad.
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