EL ORIGEN DEL MIEDO


¿Qué es el miedo? ¿Cuál es su origen? Creo que le tememos a aquello que no somos capaces de predecir, a aquella miríada de sospechas que se abarrotan en nuestra cabeza y en nuestro corazón sin la menor capacidad de volverlas certezas.
Le tememos a lo que queremos y al deseo que se confronta con el fantasma del fracaso. Lo uno y lo otro. La invocación de un sueño y el veneno de su ficción. Anhelar con las entrañas y no poder deducir en un segundo cuan poco sabemos de ello.
A eso le temo, a quedarme con las ganas adheridas al espíritu, procreando espejismos que se diluyen en el sopor de las propias utopías.
Le temo a encontrarme sin nada con todo adentro. Le temo a soñar a medias tintas, de a ratos, esos sueños despabilados en el laberinto de la realidad más insospechada.
Imagino mi casa en el silencio elegido. Mi palacio de pequeñas cosas. Mi amante ocasional o el abrazo eterno de quien sólo desea dormirse conmigo, susurrándome un “te quiero” al oído.
Le temo a quedarme preso en el pantano del mismo miedo paralizador de una sociedad que aún llora los sueños amortajados. Le temo a sentir que ahí me voy a quedar, como tantos, abriéndole la puerta al olvido para que se lleve los sueños que me hacían crecer.
El miedo natural de verse igual con veinte que con sesenta años, sin más tema que unas cuantas arrugas o sin más intención que un paseo rutinario que te afloje las piernas.
Le temo a que me calle la mediocridad, a que me sorprenda la resignación sin método alguno para remediarlo. Soy un volcán que erupciona en silencio. Soy lo que no puedo explicarme ni a mi mismo.
Y el miedo es quien me acecha cuantas más preguntas me hago. El miedo me quita el sueño o me lleva a un descanso sideral. Paradoja insondable. Me atribula y me libera, me destituye de mi reinado de utopías o me vuelve a coronar. Me enferma y me cura. Me culpa y me reivindica.
Pero las preguntas son las que me preñan de miedo. El origen es el origen de los propios sueños. Los sueños producen el miedo inherente que significa su probable incumplimiento.
Tener miedo significa estar vivo. Vivo y soñando los sueños que nos ayudan a procurar ser mejores. Para algo nacemos y lo que está escrito, se cumple, si no se incineran las páginas de un destino que apenas presentimos.