Era un amanecer como otro cualquiera, un día confuso, no sabía que fecha era, simplemente no me apeteció pensarlo.
El día no me pareció nada especial, hasta que mis ojos pudieron abrirse completamente y ver justo en frente, el calendario que me hizo darme cuenta del día tan importante que era.
Me di prisa, no quería llegar tarde a nuestra primera cita. Una ducha rápida, una ropa algo sexy, pero apropiada para el tiempo que hacía fuera y como desayuno, sólo ansias de llegar junto a ti.
Salí de mi casa rápidamente sin voltear a buscar más cosas. No haría falta más...
Hace una semana que concertamos nuestra cita y hoy, al fin, ha llegado ese día tan especial para mi.
Hacía un tiempo que desde que te vi empecé a sentir cierta atracción hacia ti, pero sólo al conocerte un poco pude reconocerlo.
Eras el chico que había imaginado muchas veces encontrarme por casualidad; pero, esta vez, no fue una casualidad, algo o alguien te había puesto en mi camino y eso estaba claro. Tu llegaba a mi vida no podía ser solo coincidencia...
Ahora, tan solo a 4 kilómetros de donde seguramente me estarías esperando, los nervios brotaban a flor de piel.
Quedamos en ese lugar donde por primera vez nos vimos. Junto a ese mar desconocido para muchos, antes de que el sol saliera por completo.
Al llegar empecé a buscarte, sentí una angustia interna de pensar que habías olvidado nuestra cita, que quizá me hubieras dejado plantada...¡Pero no fue así! De pronto alguien rozó mi rostro suavemente por detrás, y tapó mis ojos, una cálida voz dijo bajito a mi oído:
-¿Era a mi a quién esperabas?
-Te he estado esperando toda la vida...
Sus manos resbalaron desde mis ojos, y entonces pude darme la vuelta para verlo.
Mi corazón gritó y yo en silencio contesté... Me acerqué despacio a sus labios, su perfume abrazó mis sentidos, era tan maravilloso sentirlo cerca, sólo mío...
Sus manos comenzaron a acariciaron mi pelo, las estrellas comenzaron a ocultarse y el sol se hizo evidente y débil.....En ese momento, un delicado beso puso fin a mi sueño...
Al despertar, la agonía se apoderó de mi alma. Pero ya nadie podía arrancarme ese dulce sueño que nunca olvidaré....