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Con todo mi amor para mi papá

El azul de la noche amenazaba con matar la luz del día, el día mismo estaba a punto de morir cuando llegaste de trabajar, recuerdo tus pasos tan cautelosos, te dirigías a mi cuarto y tenías miedo de despertarme y yo tenía miedo de que te dieras cuenta que estaba llorando. Hacia ya mucho, muchísimo tiempo que yo lloraba aunque logré por algún tiempo que no lo notarás, creo que fue porque nunca prendiste la luz, solo acariciabas mi cabeza, me dabas un beso en la mejilla y te ibas a tu cuarto.

Pero ese día las cosas fueron diferentes, como todas las noches yo estaba bajo las sabanas tratando de hacerme la dormida pero..., ¡no fue como todas las noches! A veces pienso que tú sabías que yo lloraba y que te daba mucho miedo, como a mi, enfrentar la situación, saber lo que pasaba, o tal vez solo fue una casualidad que aquella noche prendieras la luz. No lo sé pero te quiero más, mucho más desde aquella noche.

Qué habrá pasado por tu cabeza o qué te habrá llevado a encender la luz. Fue justo ahí donde me encontraste bañada en llanto, yo creo que fue eso, que yo no pude contener las lágrimas entonces sabías que había que prender la luz.

Entonces tú me diste mi beso de todas las noches. Amo tus besos pero.., pero esa noche fue el detonador de todas mis emociones quería que no me quisieras, quería que no estuvieras ahí conmigo. Tal vez, ¡solo tal vez así no me sentiría tan culpable!, así podría dejar de sentir que te robaba tu vida, quería verte feliz con alguien más aunque eso arrastrará consecuencias a mi vida, ¡tenía que haberlas si tú decidías compartir tu amor con alguien más que no fuera yo, yo y mis hermanos¡.

No pude más, era demasiado para mis diecisiete años yo sé que ya no era una niña pero lo era, era tu niña, tu bebé, tu princesa y aunque me doliera para ese entonces ya era la única mujer de tu vida. Mamá nos había dejado, mis hermanas habían crecido demasiado y habían comenzado a hacer su vida fuera de casa, así que solo quedamos mis hermanos, tú y yo. ¡Me volví la única mujer de tu vida! y me dolía mucho porque sabía que tu tenías otro tipo de necesidades, cosas que yo no puedo darte. Lo sabía porque más de alguna vez habré husmeado en tu intimidad, habré abierto tu agenda, habré revuelto tus cosas hasta encontrar aquellos condones, aquellos calendarios pornográficos o con chicas de poca ropa. Era cuando entendía que deseabas tener una pareja en casa, que maldita rabia me daba recordar a mi madre y entendía que mi papito era más que solo mi papito, era cuando entendía que sacrificabas al hombre por ser el mejor papito que pude tener pero a ella, a ella..., aunque creía odiarla, la quería y la extrañaba por eso lloraba, por eso algo dolía por eso me quede entre tus brazos porque era el único lugar donde me sentía segura y por eso tuve el valor aquella noche, de decirte a ti, a ti que eres el mejor padre del mundo cuanto dolía que mamá no estuviera. Tú me escuchaste, no dijiste nada bueno ni nada malo de ella por no lastimarme y hasta imagino todo lo que habrás ahogado en tu interior por no lastimarme. Así que juntos buscamos ayuda.

Yo no puedo cuestionarte como fuiste como pareja, ni se lo cuestionare a ella solo quiero que sepas que aquella noche deje de buscar a mamá. Eras demasiado papá, eres demasiado papá para esa mamá. Yo me quedo con la parte buena que me dejó su ausencia por que al final, la encontré, encontré la parte buena: la seguridad que me diste al dejarme ver cuanto me quiere mi padre, lo que sería capaz de hacer por mí pero sobre todo me hiciste creer en mí porque nunca prendiste la luz hasta el día que supiste que era necesario porque así era nuestra relación. Frente a ti yo siempre decidí mi vida, creíste en mi, jamás tenía que obedecer porque me enseñaste a pensar, a hacer mi vida sin depender de ti, me enseñaste a tomar decisiones por eso ahora puedo irme a vivir sola porque sé que me dejaras vivir mi vida y que siempre estarás ahí cuando el azul de la noche amenace con matar la luz del día arrastrándome a la melancolía y la vida me obligue a llorar viendo morir el día, tú estarás ahí para encender la luz, para que tu hija no se muera de miedo y me volverás a enseñar que la vida es más de lo que a veces creemos que es. Sé que no resolverás mi vida pero sé que al encender la luz podré ver tú mano extendida y tomarla para recordar mi camino porque siempre habrá momentos en que necesitaré que mi papito me lleve de la mano.

Papá cuántos días habrás iluminado mis días grises y porqué no decirlo, cuántos más habrás obscurecido los días felices y yo los tuyos y, cuántos, cuántos más nos faltarán, no lo sé, no lo sé, pero ¡te amo papá!

Texto agregado el 13-09-2005, y leído por 241 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
07-10-2005 Es una bella reflexión..., pero hay una segunda entre lineas, que casi se te escapas, y sólo dejas entrever. titolivio
24-09-2005 Texto en el que se puede palpar el sentir de quien escribe. Es un cuento tan tierno y lleno de amor. Me ha gustado mucho. Un saludo de SOL-O-LUNA
 
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