Todavía tengo la cola dilatada y me empiezo a aburrir, encima esta haciendo frío. Si mis visitas a Richard son espaciadas deben ser por las malas condiciones de su casa, cero comodidad.
En esta cama si no estas abrazado a alguien, se siente muy fría. No sé por que Richard se fue, esta revisando unos papeles, unos cuadernos, no me importa... seguro se viene algo como: nunca escuchaste a Miles Davis? O, leíste a tal? O, conoces a este?
Se pone pesado, pero es una extensión de esa forma de ser que me gusta. A Rica lo matan estos días de lluvia, es un pavo, un romanticón. Yo sé que en estos días, aunque trata de convencerme que le gustan por la luz celestial, le recuerdan a su esposa y a su hijo. Por suerte tampoco se pone pesado con eso, salió educado el hombre. Todavía faltan como cinco meses para que se cumplan los cinco años de que se murieron. Pobre Rica.
- Rica, viste la manchita que tengo en la pija?
- ¿Cuál?
- En la única que tengo, tonto.
- No, cuál manchita.
- Esta, es rara, no te parece?
- Parece sangre coagulada.
- Si, a mi también me parece, no te parece que la tengo más grande?
- Puede ser.
- Que haces?
- Busco la letra de una canción de Bowie que quiero que escuches, te gusta Bowie?
- Mmm... sí, no me vuelve loca, pero...
- “ashes to ashes” acá la tengo.
- La conozco, no la quiero escuchar.
- Bueno esta bien… no te gusta la frase esa que dice: “nunca hice nada bien, nunca hice nada mal, nunca hice otra cosa más que llorar”
- Te gusta, no?
- Sí, me... gusta.
- Es muy triste.
- Es linda, es… a mí me costo muchísimo darme cuenta, o sea, aceptar que eso era lo que hacía.
Odio esta parte, en la que se pone a filosofar. Por suerte no es de los que se ofenden si no le sigo el tren y no comparto su pasión por las cosas que no son tangibles. Soy una zorra, lo sé, ja. Perdón, pobre Rica.