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Estoy seguro que Antanas Mokus
No ha leído al maestro de lo cotidiano
A Jaime Sabines, el que delató a los Amorosos.

Su toque de queda nos dolerá justo en los lugares
donde ya no pasan las caricias de nuestra hombría jubilada.

Esa noche nos dolerá el silencio de los muros,
el silencio de los amantes, que no entenderán
los toques mágicos, ni los mensajes de las caricias,
ni notarán los colores del deseo,
y no podrán comprobar el peso exacto de un suspiro.

¿Que harán cuando el reloj marque la hora del deseo
y la oración de las olvidadas se escuche
como un rumor en la noche fría bogotana?

"Dios: Aún nos queda el corazón
¡Incéndialo, señor!
¡Incéndialo!

Noche oscura,
noche sórdida de voces escondidas,
voces sin sentidos y fantasmas violentos
con imaginación perversa.