Cuando ves que las calles son cada vez mas largas.
Las escaleras mas erguidas que tú propia espalda.
Tus platicas se pierden ante un auditorio que huye.
Tus consejos son tomados con profundo aire de aburrida resignación.
Y escuchas, cada vez mas frecuente, las odiosas frases:
Los tiempos han cambiado,
ya no son las cosas así,
eso era antes.
Por fin entenderás lo que es la vejez.
Comprenderás que un día, para ti no tan lejano, tú las pronunciaste.
Buscaras amigos qué te comprendan... ¡pero hay tan pocos ya!
Entonces no dejes que corran lagrimas por tus mejillas.
No permitas la invasión de la amarga melancolía.
Levanta la vista,
Sonríe levemente,
Pues por los instantes que te faltan, sabrás valorar aquella frase de la que un día te burlaste.
La mejores gotas de una botella de vino, son las que saltan al final.
Ya qué por fin...por fin tienes la sabiduría de comprender que cada día, cada hora, cada minuto es valioso y dejaras de dilapidar lagrimas por cosas banales, aprecias cada beso y cada caricia.
Y esa sabiduría te reconfortara, ya qué paso mucho tiempo, pero mucho tiempo, para que por fin entendieras el mensaje que la vida te dio al nacer.
Qué no es otro que este:
El tiempo mas importante, no es él ya pasado, sino el que falta por recorrer.
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