¡Hola! Bienvenido al mundo de las mentiras.

Pasa y siéntate con comodidad. Estás como en tu casa.

Siéntete cómodo y mírame así, con esos ojos que fingen franqueza, con esa sonrisa que expresa serenidad.

¡Pero vamos! Intenta ser más realista, que después de estar sentada tanto tiempo en este teatro me he vuelto una excelente crítica del arte de la actuación. Así que ten mucho cuidado, que el menor paso en falso puede ser detectado.

Tómalo como una escuela de perfeccionamiento. No te frustres si no logras convencerme, que te aseguro que en las calles hay mujeres mucho más estúpidas que yo. Esas te creerán con facilidad.

¿Qué vas a ofrecerme? Si me ofrecer una linda amistad; puede ser que sea fácil de actuar. Si me ofrecer una fantasía pasional; creo que tendrás que esforzarte más.

Ahora imagina que esta es una agencia de ventas. ¡Vamos vendedor! Miente para que el público te compre un poco de las miserias que ofreces.

Ahora que si lo que vas a ofrecer es amor; eso si sería un gran reto, por lo menos ante mis ojos, sería como intentar vender acero por oro. Francamente yo no creo creerte, pero podría darte tips para que alguna otra ingenua te crea.

¡Ven vamos! ¿A qué le tienes miedo?... ¿A volverte el espectador?

¡Vaya actorzuelo! que no sabes que todos somos en algún momento parte del público, o acaso no has visto las escenas que se forjan a tu alrededor.

¡No me digas que aparte de mal actuar eres ingenuo y un tanto tonto!

Además tengo que confesarte que soy amante del arte histriónico y que podría enamorarme de tu actuación aún a sabiendas de su falsedad. Ese sería un gran merito para ti. Aunque francamente este tipo de actores son un montón de patanes engreídos que poco les importa que amen su arte y gozan de la pena del iluso que lo ha creído.

¡Vamos entra!.... BIENVENIDO AL TEATRO DE LAS MENTIRAS….

No tengas miedo que aquí nada es real.

Deja en paquetería tu corazón, que el letrero de la entrada es claro:

“LA EMPRESA NO SE HACE RESPONSABLE POR LOS DAÑOS A OBJETOS DE VALOR”