La buena nueva era que todos irían al matadero. El temor comenzaba a treparles las vísceras, ante este nuevo amparo celestial. Sólo algunos “elegidos” caminaron resignados en aquella larga fila de mortales. Detrás, pequeñas dosis de una fe cristiana, eran otorgadas o no, por un mismo Dios, absuelto de culpas y de cargos.
Ana Cecilia.
Texto agregado el 05-10-2003, y leído por 375
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Lectores Opinan
06-10-2003
Esto es un poquito escolofriante... bbbbrrrrrr.... La_Pachamama
05-10-2003
Removedor de ideas y pensamientos para bien o para mal.
Excelente.
Prosaico
05-10-2003
Esto está muy bien hecho Ana. gracias por compartirlo hache