Asthent tomó a su hermana de la mano y se quedó inmóvil a su lado mientras ella, con la mano extendida hacia el frente, observa con atención al desconocido, tras sus largos cabellos apenas pueden distinguirse su ojos, en los cuales Entpil pudo ver terror, odio y por un momento un destello débil de locura. Suelta la mano de Asthent, esa era la señal, debía ir a buscar ayuda, debía abandonar a su hermana en el bosque, con aquel sujeto que parecía dispuesto a matarla al menor movimiento, debía hacerlo... duda un segundo, permanece estático junto a ella para luego dar la vuelta y correr en dirección al pueblo, a pesar que no quería dejarla ahí, sabía que ella no sería capaz de matarlo y que tampoco lo dejaría a él hacerlo, ya que aún no estaba autorizado ni ella quería que poesara en su conciencia el asesinato de una persona, debía ir por su padre.

Al ver que el muchacho huía, cambió su blanco, Entpil lo notó y de inmediato lo detuvo.

-A él no, te mataría entes de que la flecha se alejara de tu arco- pronunció con la misma voz amenazadora y fría.

-Sabía que ustedes eran peligrosos, siempre lo supe- dijo él volviendo a apuntar directamente a la frente de Entpil.

-Nosotros no somos peligrosos, solo somos diferentes.

-Que me garantiza que no mientes?

-Nada, pero si no me crees puedes considerarte muerto.

-Está bien- dijo él, bajó lentamente el arco y la flecha cayó sobre el pasto húmedo.

Entpil también bajó su mano y luego de pensarlo, preguntó;

-Como te llamas?