En el entremés de la ambiguedad
donde te miro y me miras al pasar,
donde nada es como tú creías,
y donde todos los colores se vuelven a juntar.
Yo junto a ti, creando poesía,
concienzuda desde mis lineas más adversas,
yo sola, yo perdida entre las luces,
dando vueltas infinitas en los girasoles.
A paso fugaz pinto mis calles,
enajeno de ellas esa magia singular,
para así volver lo inútil en pragmático
y darte expresiones para poner en duda lo esencial.
Respiro profundo, siento el aroma de las flores,
sonrio, juego con el terciopelo de sus pétalos,
me inspiro por ellas, busco en mi corazón
y encuentro, aunque tarde,
una pizca de mi alegría
que yace fútil, hasta que despierto,
y me doy cuenta de que esa pizca es la que me hace feliz.
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