Maximiliano por primera vez sintió el peso de su edad, recordó de inmediato que cuando él tenia veinte años lo único que quería era tener treinta, el día que cumplió veinticinco anhelaba llegar a los cuarenta, todo esto por que en sus distintas etapas consideraba que las que vendrían eran las edades en las cuales un hombre ya cumplía con todas sus expectativas, o con la gran mayoría. Pero esta mañana la sentía especial, sabía que era especial, no quería levantarse, pero a la vez quería ver desde la ventana como estaba el día, miro el reloj eran las nueve de un sábado que nunca pensó sería distinto. Respiro profundo, tomó impulso se puso de pie, camino hasta la ventana, corrió las cortinas y vio que era uno de esos días que más le gustaban, estaba nublado, en realidad una típica mañana de junio, como él siempre las prefería; recordó cuanto odiaba estos días su ex-mujer que por el contrario de él le encantaba inventar cualquier panorama por cargarla.
Con Catalina fueron muy buenos amigos. El día que sé casaron jamás pensaron que su matrimonio no pasaría de los cinco años, pero en los dos que llevaban de separados se hicieron más amigos que nunca. En realidad, su matrimonio fracasó por tonteras que nunca quisieron aclarar, pero no por falta de amor, sino por lata de molestarse por cosas tan “obvias”, pero que él no pudo ver en su momento. Todo eso les hizo volver a sus verdaderos amores, cada cual con su soltería y libertad.
Se percato que su celular estaba apagado, pero decidió no encenderlo por la mañana. Desconecto la línea de red fija de su dormitorio y en el living contestaría la grabadora, se dispuso a terminar de una vez por todas las cincuenta páginas del libro que desde hace cinco meses no puede finalizar.
Eran las diez de la mañana cuando dejo de lado un instante su libro, ya que volvió a recordar su edad, y que en dos meses y algunas semanas cumpliría cincuenta y cinco años y nunca estuvo firmemente en sus metas ser padre. Por egoísmo, temor o no querer tener una responsabilidad tan grande ¿Cómo lo es ser padre?. Estaba en esa reflexión, cuando sintió un leve malestar en su pecho, en unos minutos pasó, fue al baño se mojo la cara, bebió agua, se cepillo los dientes, y cuando vio la hora, eran ya veinticinco para las once de la mañana. Encendió la radio de su reloj despertador, sintonizó una emisora con música de su agrado, miro las hojas de su libro, quedaban menos de veinticinco y se dispuso a finalizarlo antes del medio día, para así levantarse y dar una vuelta por la playa e ir luego a almorzar a algún restaurante.
La música que sonaba de fondo le recordó al día que en una fiesta de año nuevo junto a su familia bailo con su madre, nunca imagino que ese sería el último fin de año que celebraría junto a ella; inevitablemente se le vino a la mente lo tanto que anhelaba la madre de Maximiliano que su hijo mayor la transformara en abuela, y él, que nunca comprendió ni le pudo explicar el por qué no quería ser padre, fue irremediable el recordar que desde hace seis meses no iba al cementerio a ver sus padres, y en especial a su padre, el que falleció de un ataque al corazón un día que caminaba solo por la playa. Por lo cual se propuso que a eso de las cinco iría a dejarles unas flores.
Estaba retomando su libro cuando se acordó, que en la noche había quedado en visitar a su compañero de trabajo, ese amigo de la oficina que no se sabía porque, pero siempre que planeaban algo, ya sea una comida con la esposa de él, salir a tomar un trago o lo más banal, nunca Maximiliano podía asistir, por lo que planeó hacer algo fuera de lo común para levantarse el ánimo por todo lo de su edad, los recuerdos de sus padres y su falta de paternidad. Él los invitaría a comer a su departamento.
También pensó en invitar a Catalina, para hablar con ella y saber que es de su vida, desde hace un año en que no conversan algo más que no sea como esta el perro con el cual ella se quedó luego de la separación, prepararía una lasaña, que es una de las cosas que los unía con su ex-mujer, y luego que se fueran sus otros amigos le plantearía el tema de la paternidad, y el porque ella nunca insistió en ser madre, una interrogante que siempre estuvo en su cabeza, pero nunca quiso formular para no molestarla.
Ya eran las once y media de la mañana, quedaban sólo siete páginas para poder finalizar el libro, cuando sintió una sed enorme, al intentar ponerse de pie calló de rodillas por un dolor muy intenso en el pecho, mucho más intenso que el que le dio temprano en la mañana, sabía que era un ataque, impensablemente supo que todo lo que había planificado hacer en ese día no se cumpliría, recordó que tenía el celular apagado sobre la cama y el teléfono de red fija desconectado, pero no podía moverse, supo de inmediato el porque cuando despertó noto que este era un día especial, ya que como nunca proyecto algo interesante por cumplir, y no se llevaría a cabo.
Estaba solo, nadie podría comunicarse con él, ni él podía hacer algún esfuerzo por hacerlo, su celular en el otro lado de la cama y el otro que esta a la mano sin poder utilizarlo, y Maximiliano sin la posibilidad de plantearle por primera vez a alguien la idea de ser padre. |