Póngase en el lugar de los demás
por Silvia Escario
INTRODUCCIÓN:
¿Puede usted ponerse en el lugar de los demás? ¿Puede una trágica situación cambiar la visión que tiene de su vida? ¿De las cosas que tiene, que posee, que le pertenecen? ¿Cuánto es capaz de sentir? ¿Cuánto capaz de compadecerse? ¿Daría todo lo que tiene a cambio de ayudar a los necesitados? ¿Y sí el necesitado fuese usted…? ¿Y si usted tuviera que padecer sufrimiento, a cambio de que otro no sufriera? ¿Se ofrecería al intercambio? ¿Qué daría para no soportarlo? ¿Se acobardaría usted? ¿Ignoraría la oferta como ignora a los mendigos en la calle, pasando como una exhalación, mirando hacia el otro lado…? ¡Tenga una nueva experiencia…! PÓNGASE EN EL LUGAR DE LOS DEMÁS.
El fin del mundo se acerca...
¿Debería ponerme a correr?
¿Qué sería de mi vida sin la televisión?
¿Sin la CocaLoca?
¿Sin mi tabaco?
¿Sin mi dinero de plástico?
¿Cómo sobrevivir al pánico?
¿Cómo perder mi cúspide entre almohadones de raso?
¿Cómo ir sin pantalones de marca?
¡La violencia es de tan mal gusto!
Seré valiente a la fuerza.
Seré una víctima en el tele-noticiario.
Estaré en el centro de la demolición.
Mis sueños recibirán un terrible retraso.
Oleré pasar de cerca a la muerte.
Sed, hambre, frío y sin cobijo.
Armas que irrumpen forzando...un desatino de gritos.
Terror, horror, pavor, ¡como en el cine!
Indefenso, impotente y en peligro.
Se rompieron mis lentes “y ya no veo un pijo”.
Ciego, torpe, y cansino, camino dándome golpes.
¡GONG!
—Prueba superada.
¡TATARÍ TATARÍ!
—Ha sido ganador del tercer premio del concurso de reality show, "PÓNGASE EN EL LUGAR DE LOS DEMÁS" —aplausos—. Su grado de preocupación ha ascendido en nuestro medidor hasta... ¡TARARÍ TARARÍ! …Un siete y medio —aplausos y silbidos—, por lo cual no ha sobrepasado la categoría de "Ciudadano moderno normal". Y puesto que ha omitido preocuparse por su coche, por su mujer y sus hijos, y por su floreciente empresa, esto le presupone una reducción de su categoría de clase social al nivel de “Pobre-diablo-paga-y-calla”. ¿Tiene algo que añadir... señor Argimiro Pelaez?
—Sí, es que me puse muy nervioso. Nunca había sufrido tanto bajo un casco virtual. Por un momento creí que estaba completamente solo y...
—AHORA… el concurso “PÓNGASE EN EL LUGAR DE LOS DEMÁS” procederá a la entrega... ¡TARARÍ TARARÍ!... del segundo premio. El Señor Desmontes Portes, que ha viajado virtualmente en patera sobre el estrecho de Gibraltar, por la noche y en invierno, en unas condiciones pésimas, viendo morir ante sus ojos compañeros emigrantes desconocidos... Y que ha sacado una evaluación de... ¡TARARÍ TARARÍ! …ocho y medio —aplausos casi rítmicos—, queda declarado “Ciudadano moderno semi-modélico” —aplausos generosos—. Eso sí, prescindió de preocuparse (a pesar de lo preocupado que estaba) de su mujer y sus hijos y de su pequeña y próspera empresa. Por eso, su categoría se ve descalificada al deplorable nivel de “Gastador-compulsivo-egocéntricoegoísta”. ¿Tiene algo que añadir señor Portes?
—Es que tenía tanto frío que no podía pensar más que en llegar con vida a la otra orilla.
—Vaya… Y ahora el concurso "PÓNGASE EN EL LUGAR DE LOS DEMÁS" concederá... ¡TARARÍ TARARÍ! ...EL PRIMER PREMIO a Euripides Plinio —aplausos redoblados—, que ha ejecutado a la perfección su papel de "Indigente en una noche de frío invierno durmiendo en la calle" y ha sacado una evaluación de... ¡TARARÍ TARARÍ! …nueve con cinco —aplausos y jaleaciones—. Euripides ha sido declarado “Ciudadano moderno pluscuamperfecto” —atronadores aplausos sincopados—. Se ha preocupado desmesuradamente de la botella, de su madre, de su exmujer, de sus hijos desconocidos, del declive de su negocio, del carro de la compra donde transporta todas sus bolsas de plástico y el cobre rescatado de las basuras, y se ha preocupado también por su salud. Señor Plinio ¿tiene algo que añadir?
—Sí, me ha resultado fácil porque yo tengo un negocio de indigentes que piden por las calles, todos ellos socios míos, ¿sabe? Además, el resto de preocupaciones, todas las que usted ha mencionado, en estos momentos son mis propias preocupaciones y una carga del todo merecida; yo pegaba a mi madre, pegaba a mi mujer, y ahora le pego a la botella. Pero si le digo la verdad, a pesar de todo, ahora sólo me preocupo por mí, porque me mata el sentido de culpa, claro está... y, bueno… en fin, que pero por eso bebo y tal.
¡WUA! ¡WUA! ¡WUA! ¡WUA! ¡HOOOOOOOO!
—¡Ho! Lo lamento mucho pero ha perdido la oportunidad de ganar “EL PREMIO SORPRESA” puesto que es inadmisible entregarle el premio a un jugador que ha jugado con ventaja... EL PREMIO QUEDA DESIERTO, ¡HOOOOO!
—Una cosita, ya que he sido su concursante... ¿puedo preguntarle? ¿Cuál era el premio sorpresa?
—Por supuesto, “El PREMIO SORPRESA” era un viaje de treinta días, en casco virtual, a su propia vida cotidiana, con la realización de todos sus sueños y todos sus deseos, que al alcance de su mano, acontecerían de la forma más natural. ¡Y no solo eso!, sino también otro “VIAJE SORPRESA” con nuestra “MÁQUINA DE LA FORTUNA INCONCEBIBLE” que le haría sentirse durante treinta días la persona más afortunada del mundo, comparable con un magnate como Bill Gates. ¡Y no solo eso!, sino también, “UN VIAJE SORPRESA” por nuestra “MÁQUINA DE CAMBIO DE PERSONALIDAD IRRECONOCIBLE” donde llegaría con muy poco esfuerzo a tener vivencias del nivel de “Ciudadano moderno de primera categoría” y durante treinta días no cometería ningún error, ningún fallido sexual y ningún acto que pudiera dejarle en ridículo. ¡Garantizado... por nuestro patrocinador MACRO-ROCESOS-GAUTONI!
—Pues entonces, yo mismo Euripides Plinio, hubiera refutado el premio, y si me permite le explicaré el motivo. Mis sueños no merecen ser hechos realidad porque son puras pesadillas. Primero, porque soy un fracasado y además de los orgullosos, y no deseo nada, y nada tengo, solo mis errores, que para eso los cometo. Mi firmamento es la botella y a ella ya la tengo con muy poco esfuerzo. Y segundo, porque he venido aquí a QUE SE PUSIERAN USTEDES EN MI LUGAR y para esto he tenido que hacer horas extras pidiendo limosna en la zona de peaje turístico, arrodillado y postrado en extremo, para comprarme con los beneficios estos zapatos, este traje, e ir al estilista a ridiculizar mi imagen con un moldeador de cabello, y así, PONERME YO EN SU LUGAR DE PERSONA SOCIAL CARISMATICA...Y no hay nada que me puedan ofrecer, que pueda satisfacerme... porque he hecho tanto daño a mi gente, que sólo me haría feliz la exculpación...Y mi madre, mi ex-mujer y mis ex-empleados... son tan orgullosos como lo soy yo... por eso desde aquí, desde LA GRAN PANTALLA, aprovecho para decir que... ¡NO PIDO PERDÓN A NADIE! Eso es de débiles y cobardes. Y ahora, si queréis algo de mí, ¡os espero borracho en la calle!
—No hay duda señor Plinio que es usted un hombre de carácter, pero ¡WUA! ¡WUA! ¡WUA!¡HOOOOOOOOOO!, “ACABA DE SUFRIR UNA PENALIZACION”... Acaba de ser declarado “Ciudadano-seudo-anarco-incívico-incivilizado”y va a ser sometido a “LA MAQUINA DEL SUICIDIO” —enfebrecidos aplausos—. ¿Tiene algo más que decir, señor Plinio?
—Eh… ¡Vamos hombre, póngase en mi lugar!
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