Escribo.
Hoy necesité hacerlo.
Lo cierto es que no sucedió nada raro,
nada que no esperara,
bastó la certeza del rechazo,
la explosión de mi duda en tu recuerdo,
o quizá solo fui yo,
que no me acostumbro a ser lo que soy.
Por algo de esto esta noche escribo.
Escribo lo que borraré mañana,
lo que pensaba mientras caminaba por la lluvia.
Y empapado de mi nada y tu menos llegué a casa,
me quité las botas, desabroché mi camisa,
Y aquí estoy.
“Esta noche no es distinta”, pensé mientras encendía un cigarrillo.
Y entre el humo y la ceniza quité tus fotos,
guardé dentro tu mirada y todo lo que no era mío.
Derrotado, indolente, pensativo...
Y vacío de ilusiones encendí el televisor.
Y ahora escribo.
Nada pido mientras muero lentamente,
nada soy mientras vivo en mi coraza,
la corteza de mi fruto, la armadura de mi sueño,
casi hombre de hojalata en la tierra de Oz.
Y mientras el día avisa la llegada,
violo el vacío que dejas en mi cama.
Y dudo si en verdad te quise,
o solo fuiste la burla
de mi propia soledad. |