No entiendo a este mundo, todo ha de silenciarse, toda ha de tratarse como si fuera dañino, tal vez un juego mal aprendido... si alguien necesita crecer, superar, todo ha de esconderse, como si hiciera daño, como si amar fuera ese sentimiento limitado, obtuso, desorbitado que ninguno debemos permitirnos, mucho menos decir, mucho menos exponer en confianza en alto, lo que sentimos.
Pero yo... yo amo, y no me importa gritarlo a los cuatro vientos, aunque nadie quiera escucharlo, ahora soy más libre para hacerlo, porque con decirlo, aunque lo escuchen o lo lean quienes solo se aman a si mismos, quienes no se ponen en el lugar de los demás, aunque lastime envidias, aunque provoque rabias disfrazadas de dolores oprimidos, aunque golpee en el orgullo de los que se sienten equivocadamente heridos, realmente no lastimo ningún corazón generoso y puro que haya tenido amor sano en su interior, que sepa lo que es amar, incluso lo que es la soledad de sentirse no correspondido; porque mi corazón finalmente se envolvió de ese sentimiento que tanto me aterraba, que atemorizaba todos mis sentidos y por eso amo porque finalmente comprendí que mi amor... fue compartido.
Y yo amo, yo siento, yo me envuelvo de caricias, me arropo el pensamiento con mis recuerdos, con mis presencias, con mis realidades, incluso con mis dolidas ausencias, con todos los regalos de desdeñosos olvidos, y por amar... me siento más llena, más libre, más despierta en franquezas, en confianzas, más dormida en huidas, en abatimientos, en deseos callados o escondidos.
Yo no entiendo a este mundo, deberían colgarnos una medalla de honestidad, de autenticidad a los que amamos sin esperar nada a cambio, sin esperar a nadie, teniendo la sincera actitud de desafiar nuestro destino, a quienes superamos un amor y tratamos de calmar nuestras heridas en otros brazos más cercanos a nuestros latidos, solo escribimos en una vida, ya hay demasiados poniendo sin ninguna buena voluntad, con mano desgastada de egoismo, de prepotencia, de amargura, sus propios renglones torcidos.
Yo amo y lo pienso, y me detengo y lo disfruto y lo intimo y lo digo mientras observo como algo tan sencillo revuelve los corazones más oscuros, más faltos de amor, más oprimidos, hace mella, duele, duele mi amor, duele mi forma de amar donde todo ese sentimiento amado por su generosidad debería ser alegre, dulce, extenso, hasta ¿porqué no decirlo? divertido.
Yo amo, yo amo, yo amo...y paso de largo de la vida de quien no se divierta viendome amar o sencillamente, sin desbordes o ataduras, amando conmigo.
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