Es cierto que saber ingles es importante para entender lo que se viene en el futuro y desenvolverse en el mundo. Pero tambien es cierto que como habitantes de este lado Sur la lengua ispano americana, es más fácil asimilarlos desde la lengua materna.
Melva Márquez
Aquí la traducción de quién tambien domina con propiedad nuestra lengua.
Las estupideces ocurren
Pero cuando combinas un gobierno limitado con un gobierno incompetente,
entonces las estupideces son letales.
Los Estados Unidos se encuentran inmersos una vez más en un nido de serpientes
producto de la anarquía, la muerte, el saqueo, la violación, las bandas
indeseables, el sufrimiento de seres inocentes, las estructuras destruidas,
una fuerza policial hecha polvo, un número insuficiente de tropas y la planificación
de un gobierno criminalmente negligente. Pero esta vez esto ocurre en América.
Bush recondujo su carrito de presupuesto recortado hacia los diques; con
todo ello, todavía no lo secó. Adiós, Adiós, vidas estadounidenses. "No
creo que alguien haya previsto el rompimiento de los diques", dijo en una
declaración a Diane Sawyer.
Con su camisa arremangada, Bush aterrizó finalmente en el Infierno ayer
soltando su sonrisita de sus días de borracheras en la "gran ciudad" de
N'Awlins. Se le veía claramente consternado. "Ustedes saben, voy a sobrevolar
la zona en unos minutos", dijo en la pista aérea del aeropuerto internacional
de Nueva Orleáns, y agregó "pero quiero que ustedes sepan que no voy a olvidar
lo que he visto". Fuera de los lentes de las cámaras y eludido por el propio
Bush, se encontraba un convoy de miles de personas enfermas y en grave estado
de salud. Algunos yacían tumbados en el piso o amontonados en las cintas
de los equipajes en una improvisada unidad M*A*S*H dentro del terminal.
¿Por qué este presidente con su estilo único de "poder hacer" siempre incurre
en excusas tan estúpidas como la de "¿quién lo hubiera podido saber"?
¿Quién en este planeta pudo haber sabido que Osama ben Laden deseaba atacarnos
con aviones estrellándolos contra edificios? Cualquier funcionario preocupado
en descifrar y leer los informes de inteligencia antes del 11 de septiembre.
¿Quién en este planeta pudo haber sabido que la invasión estadounidense
en Iraq desataría una brutal insurgencia, el reestablecimiento del terrorismo
y la posibilidad de una guerra civil? Cualquier oficial preocupado en leer
los informes de la CIA previos a la guerra.
¿Quién en este planeta pudo haber sabido que los diques de contención de
Nueva Orleáns presentaban un alto riesgo en caso de presentarse un huracán
de grandes proporciones? Cualquier persona preocupada por leer las infinitas
advertencias que se dieron durante años sobre la enorme y tranquila pecera
que luego no resultó para nada tranquila.
En junio de 2004, Walter Maestri, jefe del servicio de emergencias de la
Parroquia Jefferson, declaró de forma inquietante: "Tal parece que el dinero
del presupuesto del presidente ha sido desviado para manejo de la seguridad
nacional y la guerra en Irak; supongo que ese es el precio que debemos pagar.
Nadie de esta región se siente complacido de saber que los diques no se
hayan terminado de construir y estamos haciendo todo lo que esté a nuestro
alcance para convencer que éste es un asunto de seguridad para nosotros".
No sólo fue el dinero mermado por la locura de Bush en Irak, sino que el
30 por ciento de los hombres de la Guarda Nacional y cerca de la mitad de
los equipos se encuentran en Irak.
Ron Fournier, de la Associated Press, informó que el Cuerpo de Ingenieros
del Ejército pidió el año pasado 105 millones de dólares para enfrentar
planes de contingencia ante huracanes e inundaciones en Nueva Orleáns. La
Casa Blanca se lo redujo a cerca de 40 millones. Pero el Presidente Bush
y el Congreso aceptaron una cuenta inflada de 286,4 millardos de dólares
por 6.000 proyectos domésticos entre los cuales se incluyó un puente de
231 millones en una pequeña e inhabitada isla de Alaska.
Apenas el año pasado, los funcionarios de la Agencia Federal para el Manejo
de Emergencias realizaron prácticas de simulación para responder ante un
gran huracán que causara inundaciones y dejara inmovilizados los residentes
de Nueva Orleáns. Imagínense la triste respuesta del FEMA ante el Katrina
si ellos no hubieran estado preparados.
Michael Brown, el imbécil que se encuentra al frente de FEMA -un trabajo
para el cual él se entrenó cuando administró una cosa llamada Asociación
Internacional de Caballos Árabes- admitió que no supo sino hasta el jueves
que había 15 mil personas desesperadas, deshidratadas, hambrientas, enfurecidas
y muriendo, víctimas del Katrina en el Centro de Convenciones de Nueva Orleáns.
¿Fue despedido de inmediato? No, nuestro sordo presidente lo aclamó ayer
en Mobile, Alabama: "Brownie, estás haciendo un gran trabajo".
Una cosa sería que al presidente y a su estrecho círculo de colaboradores
(Dick Cheney estaba de vacaciones en Wyoming; Condi Rice, comprando zapatos
en las tiendas Ferragamo de la Quinta Avenida y asistiendo al "Spamalot"
antes de que verse acosada por los reporteros en su viaje de regreso a Washington,
y Andy Card se encontraba en el Maine) les faltara empatía pero pudieron
tener hecho el trabajo. Sin embargo, esta es una escalofriante falta de
empatía combinada con una enorme ineficiencia que podría hacer implosionar
a este gobierno.
Cuando ambos, tanto el presidente como el vicepresidente lanzaron sus dardos
a nuestros aliados y a nuestro respeto por las leyes internacionales tan
sólo por proseguir en una guerra basada en mentiras, cuando sancionaron
las torturas, le dieron una estocada a la fe del resto del mundo sobre los
ideales estadounidenses.
Cuando se hicieron los sordos por tanto tiempo ante la terrible miseria
y los gritos de ayuda que lanzaban las víctimas en Nueva Orleáns - la mayoría
de ellos pobres y de raza negra, como aquellos dejados ayer en la parte
de atrás de la línea de evacuación mientras 700 huéspedes y empleados del
Hotel Hyatt eran llevados en autobús de primera- le dieron una estocada
a la fe de todos los estadounidense en los ideales norteamericanos. Y nos
produjo vergüenza.
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