Una vez tuve que escupir los demonios que asfixiaban mi autoestima, fue cuando volví a nacer, y cuando volví a aprender a caminar...........
Sí en los colegios se impartieran clases de amor propio, como una ciencia más para desenvolverse en la vida con facilidad, habría menos gente frustrada en este mundo. Habría menos drogadictos perecederos, alcohólicos desahuciados, ludópata mecánicos, maniacos violadores, violentos gratuitos, envidiosos malintencionados, fanáticos coléricos, adinerados prepotentes, y adictos de cualquier cosa adictiva que entretenga la propia frustración.
Habría menos solitarios solos, codiciosos y avaros, asesinos de mujeres, abusadores de niños, jóvenes fascistas, propensos a torturadores, abnegados militares, correría tal vez menos sangre y la humanidad tal vez seria menos mísera.
Habría menos desconfianza, aversión, pobreza de espíritus, ruindad, fealdad, odio, desamor, crueldad, indiferencia, y vació. Porque cada uno creería en si mismo, y en su paz interior conviviría en absoluta armonía, y dejaría vivir a los demás en paz.
Y también le rimo a la autoestima porque a mí me salvó del hoyo, y es un bien que le deseo a cualquier ser frágil de este mundo, para que se defienda de su adversa crueldad (mientras las cosas no cambien) y sus abismos no se lo traguen.
"ESCUPIR DEMONIOS"
(dedicado a Elkore)
Escupir venenos.
Escupir dragones.
Escupir infiernos.
Tiré al cubo de basura,
todos mis remordimientos,
desterré la auto-tortura,
de mis odios internos;
Lava saltó gran altura,
salía de mis adentros,
con la fuerza centrifuga,
en el eje de mis egos;
Ascos que me revuelcan,
como si fueran detritus,
por muy mal que yo huela,
no vomitare mi espíritu;
Así contare mis secretos,
a rutilantes viajeros,
que escuchen sin comprender,
que descarno mi esqueleto;
Arrojará mi boca culebras,
como cintas de Moebius,
largas vendas que me ciegan,
que me arrancaré del pecho;
Libre sea mi camino,
mi animo que sea libre,
que me libere del pánico,
de todos mis odios satánicos;
Y así camine desatado,
por acantilados febriles,
paso firme o bailando,
desafiando sus lindes;
Volteretas en el aire,
y sin temor a caer,
mi confianza sostenerme,
al creer en todo mi ser.
Silvia Escario
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