SOY DIOS
Hoy desperté de golpe luego de una agitada pesadilla. Vomitaba mi corazón latente. Cuando abrí los ojos abiertos, seguía la oscuridad allí. Espanto. Decidí esperar con calma y luego de un rato, mi visión seguía siendo la misma. Así como si estuviese en la nada, me levanté, sentí mi cuerpo flotar durante el transcurso de ida para prender la luz. De un segundo a otro. El cuarto iluminado. El mueble y los objetos intactos. Inmovilidad hasta en la más tímida araña y silencio hasta de los gritos más lejanos. Luego esta inmovilidad se convirtió en la soledad más indeseable que se haya visto. El resto de la casa yacía aún más vacía. Todas las habitaciones permanecían como pintadas. Y el televisor. De afuera no se oyen voces, nisiquiera el ruido de los correteos y jugarretas de los niños. Ni los aullidos de los perros, ni los llantos de la iglesia. Como corriendo salí de aquella, mi casa deshabitada. Nada más que un gato enfermo hurgueteando escombros. Y todas las casas vacías. Alcé la cabeza hacia el cielo, y con mi naríz apuntaba su soledad. Nisiquiera las estrellas me miraban. Nadie lo hacía, sólo yo estaba allí, parada, observando la ausencia de ellos, observándome a mí misma. Corrí y corrí hacia alguna salida y llegué a parar hasta la costa. El mar se confundía con el cielo. Parecía un gran abismo. Y ningún cuerpo superior permanecía arriba de éste para iluminarlo. Derrepente desde aquel mar negro, emerge una mujer que se dirigía hacia la orilla. Cuando se sacudió los cabellos en la arena, me invadió un gran alivio. Pero derrepente me vió y vino directamente hacia mí con cierta actitud amenazante. Me asusté mucho , creí que era un fantasma y salí corriendo con ella corriendo detrás mío. Mientras corría pensaba que efectivamente todo esto era un pesadilla más, cuadras y cuadras, mi respiración se dificultaba cada vez más y sentí millones de patadas en mi pecho. Velozmente y de reojo miraba cómo surgía más y más gente desde la nada. Pero me alcanzó y me tomó con fuerza del brazo. Estaba helada y las gotas del mar pegadas como pequeñas bolitas de hielo en su rostro.- Realmente es un fantasma- pensé, puesto que brillaba como tal. - No es lo que piensas...-dijo, y repentinamente cambió su expresividad- ¡Bienvenida! te hemos estado esperando. Por si no sabías, el sábado recién pasado se ha acabado el mundo. Pero hemos sobrevivido, es decir, he sobrevivido. Me presento...yo soy tú. Un gusto en conocerme.- Concreté la idea de que estaba soñando pero me gustó y le seguí el juego. - En realidad el mundo no se ha acabdo, lo que pasó es que la verdad por fin se ha dislumbrado. Al fin estoy en toda mi amplitud. Me dí cuenta de que las visiones que tuve antes de nada sirvieron. Ellos, los otros,las personas, simplemente nunca existieron. Sólo existo yo y yo soy la que creó todo y a la vez nada. Soy la esencia del universo. Soy la necesidad misma de ser algo. Yo existo, existimos. Este es el paraíso.-Pensé que mi nueva amiga estaba loca, es decir, me ví enloquecida. Y realmente que ella era yo. Mientras caminábamos, los escombros se movían y lo que escudriñaba allí no era precisamente un gato enfermo, sino yo enferma. Todas eran yo y yo era todas ellas. Me había multiplicado. Me pregunté cuál era acaso el motor que realizaba aquella operación por mí. - Eres tú misma. - Respondió la otra.-Todas nosotras somos una pero los cuerpos son varios.- Extrañamente empezaba por comprender todo. Luego aprendí a convivir conmigo misma y a sobrevivir dentro de aquel espacio. Luego me conocí a tal grado que llegué a sentirme dueña de mí. Luego me sentí dueña del universo. Y creo que todavía lo soy. Creo que todavía estoy soñando y espero en algún momento despertar. Creo que todavía estoy despierta y espero algún día morir denuevo.
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