Vedla allí,
bella, erguida.
Parece altiva, ufana
mas el compromiso, es grande.
Rauda y veloz avanza
para enfrentar valientemente
la barra fría que yace inerte,
en su espera.
Ella, no le teme, la respeta.
Mas sin reparo, la aborda
se posa en ella,
sonríe.
Y entre vueltas, piruetas
mágica sincronía,
dice a su retadora con hechos
con sus acciones, sin palabras:
te domino,
te venzo,
soy la protagonista,
soy atleta.
Luego, el puntaje.
Luego, aplausos.
Atayo |