click, click, click.....goteos, monótonías acuíferas, chapoteares de lodos grises...cloc, cloc, cloc...olor a mugre, no sé si soy yo la que huelo o este agujero me ha impregnado su abominable hedor.......charcos de bilis a ambos lados, corredores mortales que no llevan a ningún lado, los recorro, los vuelvo a recorrer, los requeterrecorro.....nada, nada se mueve, nada cambia, ni una mínima ráfaga de luz me induce al verdadero camino que debo seguir, desde luego aquí parada no voy a encontrar la salida. Ya voy corriendo, buscando pistas que me orienten en algún sentido sin sentido; alzo la cabeza, husmeo, ningún olor nuevo va a echarme una mano, las ratas se han empezado a acostumbrar a mí y ahora soy su principal atracción, ya no me asustan , las esquivo simplemente, aunque ellas hacen lo posible para que las deje vivir pegaditas a mis piernas, se entrelazan creyendo q temo q me muerdan, pero me es indiferente que lo hagan , nada peor podría pasarme, y si debo quedarme encerrada en esta cloaca para siempre preferiría que me convirtiesen en una de ellas para así sentirme tan a gusto como sus ojos me dicen que ellas lo están. Desesperación......qué hace una persona como yo en un submundo como éste? ¿acaso debo dejarme morir aquí mismo? ¿debería permitir que cualquier rabiosa me contagiase y hacerme una de ellas? ¿o acaso cabe otra salida?, corro, corro, corro, corro......vuelvo al mismo punto, corro, corro, corro, corro.....vuelvo al mismo punto. Opto por gritar pues tal vez mis vibraciones desprendan pedazos de piedra y me dejen ver la luz, la tapadera que me lleve al mundo real, o quizás al irreal pues yo ya no sé en cual estoy, ratas grandes, medianas, pequeñas.....ratas con alas, de colores, ricas y pobres, gordas y flacas, veloces y lentas, hermosas y feas......RATAS.
Es lo único que se mueve en este laberíntico pasadizo, secreto? Tal vez guarde algún secreto? Si lo guarda yo no lo quiero saber, no quiero permanecer más tiempo aquí encerrada, no me importa no haber descubierto lo que ellas me tienen que decir durante estos 20 años, no me importa no saberlo , sólo quiero salir, marcharme de aquí al otro mundo q sé que existe.....Rompo a llorar, demasiados años buscando salidas para derrumbarme al no encontrarlas....mis lágrimas se entremezclan con el barro apestoso y pringoso en el que me encuentro sentada, sin querer ya soy parte de este antagónico bosque de fantasmas donde sólo un rumor de mi corazón me ha dado la idea de que puedan existir flores allí fuera.....me levanto de nuevo a correr.....derecha. izquierda. Derecha, izquierda, retrocedo, mocos en mi piel, sudor en mi boca, desagrado permanente....no, jamás podré acostumbrarme a aquel lugar, ni mis gritos, ni mis carreras ni mis canciones me hacen llegar a ningún sitio.........En frente de mí, otra rata, a mi altura, de mi estatura, tal vez un espejo, me guiña un ojo, también tiene los lacrimales llorosos, así que huyo con ella, en 20 años no había pensado que ellas pudiesen enseñarme también algo a mí....corro, corro, corro....pero esta vez tras algo, esta vez corro tras una igual que pretende enseñarme algo, espero que no sea su secreto, no quiero ser partícipe de ese plan....pero sin embargo algo me dice que esa rata es distinta, q tiene las pupilas del mismo tamaño que las mías y que ha descubierto algo que debe enseñarme, me lleva por parajes por los que ya antes había estado pero en los que nunca había reparado, mil salidas ocultas que mis simples ojos no me habían dejado ver, otras rabiosas nos quieren impedir el paso, pero es mayor el anhelo de salir de allí que la velocidad de sus garras atrapadoras.....tramos de escaleras, oscuras escaleras q suben, suben, suben, suben,,,,,,mi compi-rata se detiene ante mí, y me indica la tapadera, ése era el desagüe a través del cual se veía la luz, unos golpecitos y......SOL, LUZ, CLARIDAD,AIRE LIMPIO, por fin estábamos fuera de esa alcantarilla que hasta el momento había sido nuestro mundo, mi compañera había desaparecido, yo estaba ya sola, feliz, completa, eché mano a mi bolsillo y tomé ese “caramelo” con el que había nacido, me lo metí en la boca y me crecieron unas alas de cristal que me dejaron volar y volar lejos de aquella pocilga en la que había estado encerrada toda mi vida.
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