Frente al computador se ve una figura cansada, un poco frustrada. Lágrimas corren por sus mejillas sin explicarse porqué. Ese sentrimiento tan familiar para ella, que la acompaña todas las noches cuando se enfrenta a su único amigo el computador, el cual guarda con gran recelo todos sus secretos, sus ilusiones, sus desdichas y su extensa soledad.
Llora por que está ahí,, y por que ahí está ese gran amigo, un amigo que viene y se va, aparece y desaparece con tan solo un parpadeo. Ella no puede saber cuando lo va a encontrar, ni como puede acercarse a él ... cómo podrá alguna vez describir esas lágrimas que corren lentamente por sus mejillas... esas lágrimas que no tienen razón que no tienen descripcion simplemente son, sin saber porqué... como descirbirlas si no las comprende.
Lagrimas porque tal vez no puede, porque todo parece difuso, oscuro y pequeño, la ahoga todo lo que hay a su alrededor y de noche las formas y volumenes crecen, y se acercan a ella, sintiendose cada vez mas pequeña. Su único apoyo es esa pantalla que es su continuacion, la vida que ella no puede vivir, el yo que no puede ser, y sola en la penumbra se queda dormida, duerme y sueña tal vez con lo que es y nunca será. |