No me precipité cuando me robaste; ésa carrera la tenía prácticamente ganada, pero a ti, se te ocurrió hacerme trampa. No quise reclamarte;creía que algún día entenderías que las cosas en el mundo, a través del karma y el destino, funcionan como un bumerán y tarde o temprano te vería compitiendo como debe de ser.

Veras, hoy las cosas no cambiaron mucho pues sigo corriendo, quizá lo superé, o simplemente me acostumbré, o a la larga me resigné, no lo sé; pero ésa carrera donde me ganaste una medalla que significaba mucho para mi, resulto ser una simple medalla, no la que yo imaginaba, a la cual cuidaba con mucho cariño y esmero, resulto ser solo algo que me alejo de otras competencias en éste existir.

Creo que no fue tan malo, quizá hasta deba agradecerte el haberlo hecho, pues todo lo sucedido me animó a competir en una gran carrera... y adivina que "GANE" y lo entendí; la vida era así... un infinito competir en la carrera del amor.