No puedo encontrar tus palabras,
es oscura la noche,
las sombras se alimentan
con tu ausencia.

Ahogado por el peso del silencio
fui guardando pensamientos.
Olvidé mis razones para hablar,
y sin invitación
la incomprensión se transforma en compañera.

Busqué refugio
en los ecos de una voz,
que hoy luce gastada de tanto manosearla.
Aferrado,
al recuerdo que ahora es lejano,
mundo real que se distancia
los días se transforman en espacios vacíos

La intención,
siempre fue escucharte un poco más,
insuficiente se vuelve mi atención.
No pude más que imaginar
las respuestas por que esperé.

Presunción de que dos mundos se alejan
enfrentada al deseo,
de que esta noche se acabe con tu luz.
Los sueños permanecen intactos,
en espera por romper la indecisión.
El corazón aún late,
reconociendo mi verdad.