Era muy tarde ya, y ella hacia sola en el sillón esperándole como cada noche, pues él tenía la última guardia del día en su trabajo.
Los niños, cuales ángeles dormían...no pudieron esperar a papá esa noche, y con mucho sueño se fueron a la cama.
Sofía, su amada, virtuosa mujer que tejía con sus manos llenas de amor y paciencia día a día un cálido hogar en el que se respiraba paz.
Se hacía mas tarde, y él no llegaba...ella impaciente preparaba su enésima taza de café con aroma de chocolate..se acerca a la habitación de los niños y les acomoda la manta y se despide de ellos con un beso en la mejilla por un momentos pues decidió ir en busca de Miguel.
Tomó su viejo abrigo color rosa que él le había regalado con tanto amor ese día de Junio, sus manos temblaban no sabía a dónde ir, pero aun así estaba decidida a ir por él.
Después de recorrer cualquier lugar, se sentó en los bancos de la estación del tren, pensó que pudo haberlo tomado en caso que el carro se le hubiese dañado...a lo lejos vio un hombre que caminaba, “se parece mucho a mi amado”, pensó “no, no es él”, acongojada y desesperaba siguió esperando.
Habían pocos transeúntes en el lugar casi estaban por cerrar la estación, alguien se le acercó y le pregunto la hora, era Andrés, un hombre de alta estatura tenía buen semblante, al parecer estaba al igual que ella esperando a una persona.
Empezaron a platicar y a contarse algunas cosas, ella le hablaba de lo feliz que era con su familia, que estaba enamorada de su marido como desde el primer día que lo vio y que él era un buen padre y que sus niños eran un regalo de Dios, entonces él que se llamaba Andrés no se refería tan bonito ni agradecido por la familia que le había tocado, al parecer no era feliz...alguien se interpuso entre su esposa y él y desde ese entonces las cosas cambiaron para ellos, para suerte no tenían hijos; él siempre le dijo a su mujer para adoptar uno pero no había acuerdo entre ambos...y así pasaron las horas y hasta que llegó el último tren de la media noche y con él la noticia de que una pareja de amantes había sido asesinada, Sofía y Andrés y tal vez algo curiosos del lugar se apresuraron y corrieron hasta el sitio, desde lo lejos se podían ver luces, se escuchaba la melodía alarmante de la ambulancia y mucha gente alrededor...cuentan que el amante la arropaba con su cuerpo ensangrentado y que ella guardaba en sus pertenencias una carta que nunca se atrevió a dársela a su esposo, donde le contaba lo feliz que era y que nunca mas regresaría a casa...que le perdonara...
Cuando Sofía y Andrés se acercaron para ver lo sucedido ninguno de los dos podía creer lo que veían..era ellos, el amado de Sofía y la esposa de Andrés...hubo un vacío...un profundo silencio que fue interrumpido por un "¡noooo!" rotundo...eran ellos...los amantes...Sofía no dejaba de gritar y de decir “no! no! ¡puede ser!...¡nooo!” Aun con vida ella lo abrazó, algunos curiosos trabatan de separarla del cuerpo casi moribundo de Andrés...y entre líquidos nauseabundo y quejidos, él bocifero algunas palabras...Sofía perdóname te amé siempre pero a ella también...despídeme de los niños...
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