-¡Levántate ahora!
¡Mierda! Otra vez vez estoy atrasado. Simplemente soy un víctima más de la rutina. Ahora me tengo que duchar, vestir, tomar desayuno...lo de siempre. Y todo para ir, en cierta manera obligado, a escuchar a alguien que trata de explicar lo que otro le enseñó.
Y aún asi, ¿para qué tengo que estudiar historia?
De todos modos resulta raro el pensar esto a las 7 de la mañana, pero creo que hoy es precisamente uno de los días en los que no amanecí pensando en...
El agua comienza a correr, pese a la fuerte luz debo buscar a tientas una toalla. Tarareo una canción ininteligible, pero conocida. También escucho el televisor con las noticias de la mañana.
¿Acaso es un sueño?
Oigo a lo lejos una puteada. ¿para mí? Es muy probable. Siento la tibieza y sólo quiero quedarme quieto ahí un buen rato más. Aunque quizás no será posible.
Tengo que salir de la ducha. Tengo que vestirme, hacer mi cama y encima tener tiempo para tomar un buen desayuno. Mal que mal, el día es largo y no voy a comer hasta el almuerzo.
La verdad es que tuve un sueño bastante interrumpido. El llanto de mi hermana me despertó más de una vez. Tanto, que a lo mejor ni dormí, y los sueños no fueron más que un montón de frases y pensamientos inconexos, aumentando de manera exponencial en mi mente, que se vio incapaz de asimilarlos en la modorra. Puede ser.
Me parece que hay algo estraño en todo esto. Curiosamente, no siento frío al salir de la ducha, y sin más me veo repentinamente tomando un desayuno insípido. ¿Mi hermana no estaba enferma? ¿Cómo se levantó tan temprano? ¿Qué hace aquí?
Y así una serie de pensamientos se agolpan, haciéndome dudar de la realidad.
Y parece que tengo razón, porque ahora oigo pasos que se acercan, un luz me enceguece, siento un frío repentino, a tal punto que me hace tiritar.
No entiendo nada, hasta que escucho gritar muy cerca mío una extraña y potente voz.
-¿Piensas levantarte hoy? |