Todo está oscuro, de pronto luz. Cierro acto reflejo los ojos y sigues tú, besándome aferrada a mis labios y a mi cuello, mi mano rodea tu breve cintura, mis dedos sientes en esa suavidad de piel que erizada ante mi contacto te cubre.
Siento tu respiración agitada, me agito yo, me contengo, me elevo, me detengo para contemplarte, se escuchan ruidos en la pared de al lado, siento cómo mi corazón golpea mis venas con cada palpitar que me produces, me das la vida cual alimento, de ti vengo alimentándome a besos y caricias.
Tomo tu cálida y suave pierna entre mi mano acalorada, te atraigo hacia mi cuerpo que te necesita, empiezo a oler tu delicioso cuello que emana aromas emocionales, escapan furtivos como los suspiros que le arrancas al viento de mi pecho contenido, emocionado, hambriento de ti.
Nunca sentí estas ansias por devorar a alguien cuerpo entero, mis labios recorren tus pies desnudos y mis yemas sienten cada poro dilatado de amor que humedece el ambiente y eriza nuestros cuerpos.
Se escuchan ruidos sobre nuestros cuerpos, a nuestro lado, respiro hondo y de pronto al abrir los ojos desapareces, todo fue un sueño y desperté, malditos vecinos escandalosos. Todo estaba oscuro de pronto luz, estaba solo, llegaste tú. Vino el sueño y entonces llegaste, se fue el sueño y te marchaste con él, por culpa de los ruidos. Malditos vecinos escandalosos. |