No quiero causar el ruborizar masivo de los pudorosos de acción y mente ni la vergüenza de mi madre ni la desheredación de mi padre, tampoco quiero que se me prejuzgue sin antes leer mi historia, pero cuando la conocí, vi su perfecto y exuberante cuerpo femenino, no su interior, no sus sueños, solo su cuerpo armónico de mujer… me acerqué, me presenté, le invité un trago, unos minutos de flirteo y al rato me preguntó… ¿hasta donde quieres llegar?, ¿Qué quieres lograr?
Pregunta ideal para dárselas de galán de teleserie y responder con poética mentira… “quiero enamorarme de tan bella flor, de tus ojos cantantes, de tu risa de candelilla y conocer tu historia lo suficiente como para adosarla a la mía y acompañarte por la eternidad”…. Sin embargo, quizás producto del vodka, quizás la falta de oxígeno, quizás mi naturaleza franca le respondí con la verdad, dura, seca, tosca, pero la verdad; y le dije: “hoy no quiero una novia, polola, damisela, prometida, mujer, esposa, cónyuge, consorte, pareja, media naranja o alma gemela… hoy no quiero conocerte mejor, ni que me presentes a tus padres sobrinos y tíos, no quiero soñar en un futuro mejor, ni el nombre de nuestros hijos ni de nuestro perro, no quiero llevarte flores ni bombones mañana ni cartas de amor robando frases a Silvio o a Neruda, no quiero conocer tus sueños ni planearte un hado con mandas que tarde o temprano se desgajarán …hoy quiero tener una amante, esta noche, quiero arrojarme solo al placer, llevarte a mi departamento, y a la luz de la velas y abrazados a la melodía de Chopin besarte febrilmente, sin sutileza, con la hosquedad de la desesperación, arrancarte cada prenda y recorrerte completa con mi boca, con mis manos y con mis ojos sin amor, solo instinto animal, solo deseo, solo calor interior… fricar nuestros cuerpos sudados y candentes sin sentir recato mercadeando fluidos sin el menor temor ni retraimiento. Esta noche solo quiero explorarte como un ente de avidez y encontrar tus puntos invisibles y desconocidos, esos puntos que nadie palpó, que nadie besó, que nadie atravesó, que no sabías que existían, esta noche quiero que te olvides de las leyes humanas y divinas, que te olvides de las reglas sociales y te entregues viciosa al sexo sin amor, sin ternura, sin detenciones… no buscando dar placer, sino buscando tu excitación máxima, buscando sacarle provecho máximo a lo que la naturaleza te dio… esta noche no quiero prometerte amor eterno, esta noche quiero enajenación, berrear, expeler mi deseo por las palmas, saciar mi hambre de carne, de humedad, de calor… … esta noche, el aire está inigualable para ello, esta noche no quiero amor, ni conocerte mejor y mañana al despertar, todo se acaba, sin beso tierno, sin un “llámame”… solo quiero ardor, quiero solo fruición licenciosa”
Al terminar me miró inexpresiva… bajó su mirada observando detenidamente su copa, luego elevó su rostro y me arrojó una sonrisa…
No puedo decirles con detalles lo que me dijo por respeto a vuestras educaciones, sin embargo, puedo decirles que aun tengo mi mejilla derecha un poco más roja que la izquierda. |