Dedicado a Marieugenia por su fe infinita
Tu luz siempre está presente,
porque eres el omnipotente,
Tu luz me conduce día a día,
y me causa mucha alegría.
Tu luz me permite ver,
en la negra oscuridad,
porque tu has de ser,
quien me da tranquilidad.
Tu luz ilumina mi camino,
conduce así mi destino,
eres mi amigo Jesús,
quien me ayuda con la cruz.
Tu luz me da mucha confianza,
me hace darte alabanza,
me permite en ti confiar,
siempre en todo lugar.
Tu luz, oh gran señor,
me reconforta el dolor,
me resuelve mis problemas,
coníándote así mis penas.
Tu luz guiará a todo mundo,
porque tu amor es profundo,
conduce a toda la gente,
sobre todo al indigente.
Tu luz, querido Jesús,
aligerará día a día,
mi pesada cruz
y me hará cargarla
con gran alegría.
Regálame tu luz,
mi amigo Jesús,
todas las mañanas
condúceme tú.
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