-¿Dígame?-
-Llamo para que sean testigos de mi muerte-
-¿Cómo dice?-
-Que tengo a mi lado una cuchilla y me voy a cortar las venas-
-¡No, no lo haga! Dígame ¿dónde está?-
-No voy a decirle nada, ya le he dicho que me voy a quitar la vida, no tiene sentido seguir viviendo-
-No diga eso, no es cierto y lo sabe-
-Sí, claro que es cierto, todo es una mierda, todo es mentira-
-Algo tiene que haber que le merezca la pena lo suficiente como para seguir viviendo; dígame cómo se llama-
-No le voy a decir nada…me voy a quitar la vida, voy a cortarme las venas…con la cuchilla-
-¡No lo haga, por favor, hable conmigo!...¿oiga? ¿oiga? ¿sigue ahí?-
-Ya es tarde…-
-¿Oiga? ¡por favor, contésteme! ¿sigue ahí? ¡queremos ayudarle pero me tiene que decir dónde está! ¿oiga?-
La sala se mueve y las luces se superponen comenzando a girar como un tiovivo, algo así debe ser morirse; debo estar muriéndome, sin embargo, ahora me siento aún más solo que estando vivo, todo es más oscuro, más frío…más mentira.
-¿Dígame?-
-necesito un médico…-
-¿qué le ocurre, tiene alguna emergencia?-
-necesito un médico, creo que me estoy muriendo…-
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