La tendencia moderna, con su forma de arte, es sin lugar a dudas, el discurso de lo comercial, de lo publicitario, de lo monetario, de lo instantáneo y lo bonito: la moda light.

Las fuerzas del mercado en la actualidad son quienes gobiernan el discurso mundial. Y la visión artística ha sido indudablemente influida por las fuerzas del mercado como se demostrará luego. El mercado cuyo lema inexorable es: maximizar ingresos, minimizando costos, pensamiento proveniente de la economía utilitarista capitalista, que arrasa con todo lo que se le ponga por delante. El discurso mundial de las fuerzas del libre mercado se impone bajo su idealizado pretexto del anhelado progreso que los pueblos anhelaron siempre. Contando con la aprobación mundial, por democrático consenso, es que se puede observar el panorama típico de la empresa poderosa que esclaviza al hombre. El monstruo de la empresa moderna devora al hombre. Luego de exprimirlo al máximo prosigue hasta su tuétano. Y a su vez, busca, cíclicamente, reclutar cada vez más y más hombres con los cuales sacie su inacabable apetito usurero hasta atragantarse. De un sólo apretón de puño los bocados conformarán el rico platillo del usurero reinante.

Por su parte, dentro del platillo, pagando los costos del discurso en boga, en el trasfondo, está el ingrediente artístico que toma una forma mas bien de arte light ultramoderno para su exhibición.

Provisto de las nuevas tecnologías y las nuevas formas de las que se vale en la actualidad para subsistir.

"Prohibido aburrirse... un lugar perfecto para comprar y divertirse, que se vuelve toda una aventura"
Mensaje Publicitario


Hoy en día el arte se fusiona con las máximas del mercado globalizado. Mientras que el centro comercial se constituye como su base o sede central, desde donde emanará su dictamen reinante. Desde ahí se dictará el decálogo de formas a las que habrá que ajustarse obligatoriamente si no se desea ser calificado como un desadaptado y alienado. Un conjunto de agradables y frescas normas que, de cuando en cuando, se modifican con improvisaciones de la moda que inevitablemente llegará nuestros oídos.

El discurso plantea reclutar a la mayor cantidad de gente posible bajo sus filas. Sólo así podrá mantenerse y asegurar su perpetuidad. Mientras más gente lo respalde mayor será su existencia de naturaleza monetaria. Es por ello que los centros comerciales buscan atraer mucho público, millones de cabezas. Para lograrlo, los mall buscan el culto de la imagen como red de pesca que atraerá a millones de millones. Como se sabe, el impacto visual es naturalmente muy fuerte y penetrante en todo tipo de actitudes. Las formas visuales atractivas son ingrediente predominante en la ideología moderna.

Por ello los centros comerciales como afirma Medina Cano son como pequeñas ciudades en las cuales circulan peatones por sus pasillos, en forma pacífica, armoniosa. El mall está pensado en el goce del peatón. Cargado de un nuevo ideal estético, la nueva concepción de la monumentalidad urbana. Es todo un espectáculo de elementos decorativos: espejos coloreados, mármoles y pisos relucientes, jardines colgantes, palmeras, árboles y plantas por doquier, anuncios alumbrados de neón y multi colores, gadgets mecánicos y electrónicos, escaleras eléctricas, ascensores panorámicos, televisores, video cámaras, altoparlantes, música de fondo, rostros sonrientes y hermosas muchachas sugestivamente vestidas, que parecen adivinar inmejorablemente el mensaje discursivo y proponer el culto por lo visual y lo atractivo como nadie lo haría. Tampoco es gratuito, que la arquitectura del mall sea femenina.

Predominan los colores pastel y las formas redondas. Emulan las formas exclusivas que la mujer exhibe naturalmente. El centro comercial se basa en el uso de la vitrina para exhibir lo que desea sea exhibido. Los maniquíes aquí también se utilizan como parte del elenco de gran detalle y acabado. Un estilo que imita lo humano y tiene un estilo real y abstracto. Lámparas fluorescentes montadas en los techos. Alta tecnología por doquier expresa la personalidad de la tienda. La luz artificial busca crear sutiles efectos con las diferentes tonalidades produciendo los chorros de luz o con el contrapunto en transparencia y opacidad: los sentidos son variados con la creación de penumbras y de espacios a media luz, se puede observar una atmósfera lírica, tan solemne, alrededor de los objetos. La iluminación directa sobre los objetos resaltará las partes más brillantes produciendo un ambiente suntuoso y vital. Existe pues un escenario propio para cada producto. El mall posee una estructura narrativa abierta, de recorrido libre: se podrá gastar el tiempo libremente.


El arte de la sociedad de consumo es el arte de la imagen. Se impulsa la sensibilidad del ojo y es allí donde se aplica con mayor intensidad su cualidad. El valor de la imagen se ha fortalecido además por una serie de elementos tecnológicos. El invento de la fotografía sin duda alguna afirmó el arte visual como el arte de los tiempos modernos. El cine y posteriormente la televisión confirmaron su inmenso poder. La sociedad del consumo en la actualidad perfecciona cada vez con más sorprendentes innovaciones las artes visuales.

La sociedad del consumo actual utiliza este concepto de la fuerza de lo visual para lograr de mejor forma su meta. Es así que los malls resultan verdaderos objetos artísticos así como los principales signos que la constituyen.


"El retorno a la museización: paradigma clave de las actividades culturales contemporáneas. Mitad feria de atracciones y mitad grandes almacenes"
Andreas Huyssen