Quien eres tu pequeña
que haces de mis pensamientos una sutil condena?
Quien eres tu mujer, tan ajena,
que te haces sentir cerca y olvidar la pena?
Que haces tu gran y hermosa dama
que con tus caricias letradas
sanas y serenas?
Cual galeno cura con su arte,
cuyas herramientas son su vida y letras,
inyectas sensibilidad y descanso
dejas mis sentidos trastocados
y seguro me siento al creer.
Como explicas tales encuentros furtivos,
como defines la proeza del primer encuentro casi irreal.
Como defino yo esta azarosa naturaleza
y con este conocimiento, te pueda volver a los ojos mirar?
Misteriosas son las verdades, poco es el tiempo
pués se hace notoriamente insuficiente
cuando una nueva sorpresa se presenta,
tal cual viene preciosa, tal cual ingrata se va.
Simples y sencillas son las palabras
para definir certero el sentir,
un tanto impredecible e inapropiado
es cuando otorgo el tiempo para actuar
y por fin volar.
Nubes predilectas, brisas sanas
luna llena y cielo espectacular,
hagan escena y permítanme elevar.
Mi mente y mi cuerpo hacía donde nadie,
hacía donde nada me pueda encontrar,
salvo pequeños rayos de luz,
salvo pequeñas ráfagas de aire solidario,
salvo pequeños casos como este,
salvo detalladas licencias y confianzas,
que entrego a visitas conocidas,
a uno que otro similar.
Temo que encuentres ágil una salida,
cual permiso otorgado que es indiferente a ningún control que obstáculos le pueda otorgar,
atribuciones asociadas a elementos consuetudinarios,
propios de mi existir,
propios de mi generosidad apestada,
que busca todos los días,
señales y elementos nuevos para vivir
y cada día comenzar.
Quien eres tu pequeña,
nada menos que la dueña,
de tu propia existencia y de tu eterno sentir,
de tu sinceridad sin culpa
que casualmente, le hace tan bien
a este viejo personaje,
que ahora sin palabras,
mira expectante aquel espectáculo.
Donde una gota de agua,
simple y pura, perfecta y curvilínea,
transparente y sincera
cae en este frío mar de quietud.
Se observan las consecuencias,
el emotivo fenómeno físico.
El efecto mariposa raramente visto,
en días como hoy,
en protagonistas como este
que sin más remedio,
navegan el alma en estas mareas,
no saladas, sino dulces como la miel,
nunca heladas, más bien cálidas como tu piel.
Quien eres tu pequeña, que es lo que me enseñas?
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