Conozco un lugar mágico
al que te quiero invitar,
tiene tejados de árbol
y pisos con piedras del mar
los rayos del sol lo iluminan
al filtrarse en etéreas cortinas
con encajes de una luz celestial.
El verde follaje te envuelve
y las ramas te invitan a entrar
acogiéndote en un místico abrazo
diáfano, austero, sagrado
como un templo sin paredes
ni párrocos o feligreses
un tabernáculo silente
donde el único sermón
es aquél que no te dan.
Pareciera que aquí las estrellas
nacieran con el sol del día
y crecieran a nivel del mar
en el reflejo líquido del astro en chispas
cuando el viento se inclina a tocar
con su aliento de voz hecho brisa
el erizádo húmedo lomo del mar.
Ven,
Comparte este palco conmigo
que está hecho de un roble caído
quedémonos un rato a disfrutar
la música del bosque y
la melodía del mar.
Texto agregado el 05-09-2005, y leído por 281
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Lectores Opinan
18-03-2006
Se siente un aire renovador y fresco. buen lugar el palco de roble caido. francisco_