Escribir... escribir qué, cómo, cuánto? llenar un espacio vacío, atreverse a manchar aquella hoja de perfecta blancura con eso que encierra, limita, que nos confunde... nuestras palabras.
Gran atrevimiento, intentar atrapar nuestras ideas y pensamientos en un paraiso perfecto solamente contaminado por garabatos negros.
Ir más allá donde nadie ha llegado es una bella aspiración, podría ser el motor que nos impulsa a hacer las cosas que hacemos, a hacer lo que nos sugieren nuestros más profundos sueños, a construir el mundo que soñamos y aspiramos. Segundo gran atrevimiento que nombro en este escrito. Construir un mundo reflejo de nuestras aspiraciones interfiriendo de cierto modo con el mundo fantástico de otras personas, otros seres llenos de sueños. Pero eso es de lo que se trata ¿no? atreverse, atreverse a soñar, atreverse a construir y atreverse a volar, volar sin rumbo fijo, sin razón alguna, tan solo atreverse sin miedo a chocar, en contra del viento que nos impulsará, y sobre el mar, espacio infinito, lleno de hermosos matices que llenan de color nuestro viaje indefinido |