Recordaré muy bien este día; estoy sentado en el mismo puesto de siempre . . .

Cuando en un instante repentino aparece una mujer muy hermosa que entró a esta sala; detrás de ella venia un hombre viejo como de unos cincuenta años, este hombre empezó a manosear a la hermosa mujer, yo estaba ahí, pero ellos no me podían ver, hasta que de pronto la mujer instantáneamente mira en dirección hacia mí y gritó desesperadamente; ese grito me trajo desesperación y empecé a recordar cuando horas atrás antes de entrar al colegio, estaba en mi casa jugando en el computador y sentí un portazo. Fui curiosamente a ver quien había entrado y era mi mamá ¿mi mamá? Que estaba besándose con su propio hermano ¡Qué asco! No sabia que hacer, lo único que se me ocurrió fue correr hacia él segundo piso al cuarto de mi mamá y tomar la pistola que estaba en el closet de mi papá, cuando bajé no eran besos sino . . . no le puedo decir, mis ojos estaban viendo lo más asqueroso, un espectáculo, horroroso; confundidamente tomé el revolver y los apunté, lo único que sentí fue que ella me miró y gritó con mucha fuerza; luego no recuerdo.

Me preparé para ir al colegio; me puse mi uniforme y cuando me fui escuché las sirenas de ambulancias, patrullas y corrí al colegio; no me acordaba que llevaba conmigo la pistola, hasta que buscando mi cuaderno la encontré; entré a la sala y estaba vacía, igual que yo, meditaba lo que había hecho y tome el revolver y me apunte, sentí un dolor de cabeza como si algo me hubiese atravesado, creo que caí al suelo.

Ahora estoy en mi pupitre y solo sé que esta mujer esta horrorizada, creo que me esta mirando a mí, sí a mí.

Estoy convencido que los muertos no se juntan con los vivos; y si mamá esta muerta, ¿ Porqué viene a buscarme? . . .